Canadá recibe con cautela y alivio el preacuerdo
ENVIADA ESPECIALCanadá estuvo ayer pendiente de España. La inminencia de un acuerdo sobre el fletán en Bruselas hacía volver las miradas al país que a ojos canadienses constituye el último obstáculo. Brian Tobin, el popular ministro de Pesca, aún esperaba para descorchar el champaña. A pesar del apoyo generalizado que el problema pesquero con la Unión Europea ha granjeado al Gobierno de Jean Chrétien (un 81% de los canadienses aprueba el apresamiento del Estai, según la empresa de sondeos Gallup), un sentimiento de alivio recorría los despachos oficiales en Ottawa.
Cinco semanas de crisis habían empezado a dejar huella en unos funcionarios poco acostumbrados a tal grado de tensión intemacional. "¿De verdad? ¿Es cierto? Por Dios, espero que lo sea", manifestó sin poder ocultar su alegría una responsable del gabinete de prensa de Tobin cuando se le recabó una reacción al acuerdo que ya se daba por hecho en Europa. La prudencia se impuso, no obstante, y la interlocutora declinó hacer ningún comentario hasta que la noticia fuera oficial.Canadá creyó que había logrado un acuerdo hace ocho días, pero el veto. de España y Portugal impidió el endoso de la Comisión Europea y dejó a los negociadores canadienses con sabor amargo. Para las autoridades de Ottawa, los fundamentos del acuerdo (medidas de conservación y de vigilancia) están sobre la mesa y. cualquier retraso en aprobarlos sólo beneficia a los españoles.
"Es extremadamente difícil ser paciente", manifestó Tobin en la madrugada del jueves al concluir sin mayores consecuencias el plazo de 48 horas que el pasado lunes dio a la UE para que las negociaciones llegaran a término. Con un tono dialogante y diplomático que contrastaba con su intervención anterior, aseguró que no quería abandonar un intento de acuerdo que ofrece "un régimen de cumplimiento extremadamente efectivo". De todos modos, el ministro de Pesca se mostró menos optimista que otros miembros de su Gobierno sobre la posibilidad de que el conflicto se resolviera antes del puente de Semana Santa.
En relación con los aspectos jurídicos que quedaban pendientes en Bruselas, Tobin repitió que el tema del Estai es competencia de los jueces, pero dejando entender que el reglamento que puso a España y Portugal en la lista negra de los países que podían ser objeto de apresamiento sería revisado si ambos "aceptan un acuerdo estricto sobre la conservación de las reservas de pescado". Sobre la polémica enmienda de la Ley de Protección de la Pesca Costera, por la que Canadá se arroga el derecho de vigilar las actividades pesqueras más allá de sus 200 millas jurisdiccionales, el responsable de Pesca remitió a la Cámara de los Comunes que fue quien aprobó la reforma el 12 de mayo de 1994.
De momento, no parece que vayan a producirse nuevos apresamientos de pesqueros españoles, aunque esta noticia no satisface a los habitantes de Terranova. Encabezados por su primer ministro, Clyde Wells, piden que el Gobierno canadiense aprese a los barcos españoles que siguen pescando fletán mientras las conversaciones continúan en Bruselas. Wells, que durante el mes pasado pidió a sus conciudadanos que fueran pacientes mientras se resolvía el conflicto, ha cambiado de actitud y el jueves acusó a los españoles de frenar un nuevo acuerdo para que sus barcos puedan continuar pescando las escasas reservas y utilizando redes ilegales.
"Continúan siendo apresados en otras partes del mundo por sus malas prácticas de pesca", declaró Wells al diario The Globe and Mail, "Todo el mundo debiera saber lo írresponsables que son las prácticas de pesca españolas, y si los europeos no pueden pararles, Canadá tendrá que hacerlo", agregó. Según estimaciones canadienses, los 14 barcos fletaneros españoles que en la actualidad continúan faenando en los grandes bancos capturan una media de 250 toneladas de fletán semanales.
Earle McCurey, jefe del Sindicato de Pescadores y Trabajadores de la Alimentación, también ha acusado a España de intentar prolongar las conversaciones. "Canadá debiera actuar de forma decisiva para proteger el fletán hasta el límite mismo de la plataforma continental. Eso significa apresar barcos, cortar redes o cualquier otra cosa que tenga que hacer para devolver a los españoles al otro lado del Atlántico", añadió.
El director de la Asociación de Pesca de Terranova y el Labrador, Bruce Chapman, también ha dicho que las patrulleras canadienses deberían empezar a hacer detenciones a menos que los españoles permitan a los inspectores de la Unión Europea subir a bordo de los barcos e inspeccionar las capturas. Chapman manifestó su preocupación de que mientras las conversaciones continúan los españoles siguen pescando peces pequeños. "Que no sea posible un acuerdo de inmediato es una cosa, pero esos barcos no pueden continuar pescando sin una regulación", concluyó Chapman.
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