Nuevas críticas en Portugal al proyecto de sumergir los grabados rupestres de Coa

El plan sobre los grabados rupestres al aire libre en Foz Coa, publicado el jueves por el semanario lisboeta O Independente, ha reavivado la controversia en Portugal por la conservación de este emplazamiento arquelógico único en Europa, cuya antigüedad se calcula en 18.000 años. Los arqueólogos portugueses han condenado ya la propuesta de la empresa Electridade de Portugal (EDP), porque estiman que más del 70% de los grabados, que se extienden por más de 11 kilómetros, serán sumergidos.La EDP ha presentado al Gobierno la propuesta, que pretende conciliar la protección de esas obras de arte primitivo y la construcción del embalse en el río Coa, señala esa publicación.El plan prevé el traslado de las figuras grabadas en roca granítica para que queden al aire libre y por encima del nivel de las aguas que tendrá el pantano, mientras que las que fueron hechas sobre pizarra, la mayoría, quedarán sumergidas.

En este último caso, la fragilidad del material impide que puedan ser trasladadas, pues hay peligro de que se quiebre, y se propone impermeabilizar las piedras y hacer copias para que puedan ser vistas en el exterior.

El estado de los grabados será vigilado con la utilización de unos pequeños submarinos y cada cinco años se vaciará el pantano para hacer análisis más profundos.

De acuerdo con el estudio hecho por la EDP, el 30% de los grabados fueron hechos sobre roca granítica, y el 70% restante en pizarra. Asimismo, la EDP sugiere la construcción de un museo y un Parque Paleolítico.