El Gobierno mexicano exige a los Zapatistas que el diálogo "sea serio"

El pequeño poblado de San Miguel, en el municipio de Ocosingo, parecía una romería. Centenares de observadores, periodistas y políticos se acomodaron en la mañana de ayer en esta aldea del sureño Estado mexicano de Chiapas para presenciar el encuentro directo entre representantes del Gobierno de México y del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).La cita de San Miguel, considerada como una reunión previa al inicio formal del diálogo de paz, tenía una duración prevista de seis horas. Pasadas las once, tres asesores de la Secretaría de Gobernación (el Ministerio del Interior mexicano', que representa al Ejecutivo en las. negociaciones) y ocho representantes de EZLN se sentaron en la casa comunal para perfilar "el protocolo base del diálogo" y su calendario y agenda.

Horas antes, Gobernación había lanzado una clara advertencia a la guerrilla: el encuentro debía "ser serio"' y no un mero requisito para lograr la prórroga de la suspensión de las órdenes de captura que pesan contra los dirigentes zapatistas. La ley para el diálogo en Chiapas, aprobada el 7 de marzo y que marca las pautas de la negociación, había previsto un plazo de 30 días (que acababa hoy) para que se produjeran los primeros contactos.