Interior estrecha el cerco en torno a los asesinatos de Alicante

Interior está a punto de concluir la investigación iniciada a raíz del descubrimiento en Alicante de los cadáveres, de los supuestos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, presuntamente asesinados por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) en 1983. Mientras, según ha podido saber EL PAÍS, las primeras pruebas genéticas de ADN han confirmado que los esqueletos hallados en Busot pertenecen a Lasa y Zabala, aunque la confirmación definitiva está aún pendiente de un contraanálisis para detectar posibles errores.

En el Ministerio de Justicia e Interior se confía en que cuando, después de Semana Santa Juan Alberto Belloch informe en el Congreso sobre el caso Lasa y Zabala éste pueda darse prácticamente por resuelto. El equipo de policías y guardias civiles que se ocupa de la investigación intenta averiguar a las órdenes de quién trabajaba el grupo de mercenarios que perpetró el secuestro y qué conexiones podía tener con las fuerzas de seguridad del Estado, dado que esos hampones tenían contactos tanto en la policía como en la Guardia Civil. "Todavía es muy arriesgado inclinarse hacia una u otra hipótesis", han señalado fuentes próximas a la investigación. El grupo de mercenarios sobre el que recaen las mayores sospechas es el que comandaba el gal Jean-Pierre Cherid, que murió en 1984 cuando colocaba una bomba bajo el coche de un dirigente de ETA en Francia.Lasa y Zabala fueron secuestrados en Francia y, después de tenerlos durante un corto espacio de tiempo en el País Vasco, los trasladaron a Alicante, donde les asesinaron de sendos tiros en la cabeza.

Mientras ayer se buscaba la infraestructura de los GAL en Alicante, las primeras pruebas de ADN hechas en el Instituto Nacional de Toxicología han demostrado que los esqueletos hallados en la fosa de Busot pertenecen a Lasa y Zabala.