Las primeras pruebas del ADN confirman que los dos cadáveres hallados en Alicante son de Lasa y Zabala
Los presuntos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala fueron secuestrados en Francia por un grupo de mercenarios del GAL y, después de permanecer durante un tiempo en el País Vasco, fueron trasladados a Alicante. Allí los asesinaron de sendos tiros en la cabeza. Ésta es la principal hipótesis a la que ha llegado el equipo de la policía y la Guardia Civil que investiga el caso, ocurrido en 1983, según fuentes de Justicia e Interior. Mientras se busca la infraestructura del GAL en Alicante, las primeras pruebas de ADN realizadas por el Instituto Nacional, de Toxicología han demostrado que los esqueletos hallados en la fosa de Busot son de Lasa y Zabala. Esto deberá ser confirmado con un segundo análisis de tipo genético.
El equipo, mixto de policías y guardias civiles que se ocupa el caso Lasa / Zabala tiene ya la sospecha de que los dos presuntos etarras fue secuestrados en octubre de 1983 por mercenarios de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Lo que aún no está claro es quién les encargó ese trabajo, dado que esos hampones tenían conexiones tanto en la policía como en la Guardia Civil. "Todavía es muy arriesgado inclinarse hacia una u otra hipótesis," señalan fuentes próximas a la investigación.El grupo de mercenarios sobre el que recaen las mayores sospechas es el que comandaba el gal Jean Pierre Cherid, ex paracaidista del Ejército francés y de la OAS, que murió el 18 de marzo de 1984 cuando colocaba una bomba en el coche de un dirigente de ETA en Francia.
Junto con él solían actuar un argentino ligado a la Triple A, un neofascista italiano apodado Carlos o el Cabezón, otros compatriotas refugiados en España y hampones de origen argelino francés. Varios de ellos fueron fotografiados en el aeropuerto de Alicante en diciembre de 1980.
En busca de pisos y chalés
El equipo que dirigen el comisario Enrique de Federico y el general de la Guardia Civil Francisco de Fuentes está rastreando la zona de Busot y otras de Alicante. Los agentes están convencidos de que en esta provincia hay pisos o chalés que formaron parte de la infraestructura de los GAL. Hasta el momento, no han localizado ese escondite, según fuentes de Justicia e Interior, que, sin embargo, confían en que pronto habrá resultados".
Medios de la investigación también barajan la hipótesis de que Lasa y Zabala estuvieron secuestrados en una tienda de campaña plantada en un monte próximo a la fosa donde fueron ejecutados. Las fuentes informantes tienen claro que Lasa y Zabala fueron asesinados en el mismo lugar donde fueron sepultados bajo 100 kilos de cal viva y, además, que eso se produjo "dos o tres días" después del secuestro, como parece deducirse del hecho que los cadáveres tuvieran la barba poco crecida.
El inspector jefe Jesús García García, que el pasado febrero redescubrió los esqueletos de Lasa y Zabala, olvidados en el cementerio de Alicante, también piensa que los asesinos tenían infraestructura en la zona. En uno de sus informes señala: "La fosa [donde fueron enterrados los dos cadáveres] debía estar ya abierta o excavada, pues debido a sus dimensiones, caso de una realización inmediata, precisaría un trabajo de varias horas". García cree que existió una "premeditación que nos lleva a pensar en una determinada infraestructura, pensando que intervinieron como mínimo cuatro personas y que alguna de ellas era conocedora del terreno".
Una fuente de Justicia e Interior reconoce que "lo razonable es que en Alicante haya infraestructura de los GAL". El hilo que se sigue en las investigaciones son las pistas sobre el grupo vinculado a Cherid y al neofascista italiano Carlos. "Pero esos individuos tenían conexiones tanto en la policía como en la Guardia Civil y, por el momento, no se puede aventurar si algún miembro de estos cuerpos está implicado en el caso", añade esta fuente.
En medios de Justicia e Interior se confía en tener los próximos días una idea muy aproximada de los entresijos del asesinato, aunque se duda que haya pruebas judiciales" tan pronto.
Una de las últimas diligencias solicitadas por el juez donostiarra Fernando Andreu, antes de inhibirse en el caso, fue pedir la relación de los guardias civiles que prestaban servicio en la frontera, franco- española. Además, ordenó pesquisas sobre los barcos que en la fecha del secuestro realizaron la travesía entre Bayona y Hondarribia (Guipúzcoa), al existir la sospecha de que Lasa y Zabala fueron introducidos en España por este medio.
El coronel José Lull Catalá, ex jefe de la Guardia Civil de Vizcaya, ha dicho que Julián Sancristóbal, ex. director general de Seguridad, le sugirió entre 1983 y 1984 que organizara los GAL, según publicó ayer La Verdad de Alicante. Lull, que pidió la baja por sufrir depresiones, se negó y desde entonces se sintió relegado en el cuerpo.
El ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, no podrá comparecer en el Congreso para explicar el caso Lasa / Zabala antes del día 24, según Javier Sáenz Cosculluela, presidente de la comisión
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