La OTAN envía a la antigua Yugoslavia 80 militares expertos en comunicaciones
Los embajadores de la Alianza Atlántica, reunidos ayer en Bruselas, acordaron el envío de 80 militares expertos en comunicaciones, esencialmente estadounidenses y británicos, a la antigua Yugoslavia para completar los planes de contingencia de una eventual retirada de los cascos azules de las Naciones Unidas, informaron anoche fuentes de la OTAN. Éstas indicaron que las tropas, las primeras de tierra que envía la Alianza a la zona, cooperarán estrechamente con la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) en el área. Las mismas fuentes trataron de relativizar la importancia de la decisión."Esto no significa que la retirada [de los cascos azules] haya sido aprobada", dijo un embajador. Otros pusieron de relieve el reducido número de tropas y que éstas no tienen asignado papel de combate alguno. "Esto no representa que alguien ha tomado ya una decisión para proceder a la retirada [de las tropas de la ONU]; representa una medida de precaución para permitir a la OTAN llevar a cabo las preparaciones necesarias por si se produce la decisión política", añadió otro diplomático.
Estructura de mando
El contingente de la OTAN dependerá, para las labores del día a día, del mando central de Unprofor, sito en Zagreb, la capital de Croacia, pero en el caso de que la retirada de los cascos azules de Bosnia-Herzegovina fuera necesaria, pasarían automáticamente a depender del mando de la OTAN. Esta fuerza de 80 militares completará una red de comunicaciones que sería imprescindible en ese caso.
Las Naciones Unidas solicitaron a la Alianza Atlántica que diseñara un plan capaz de hacer frente al colapso de la misión de paz de la ONU en la antigua Yugoslavia, sobre todo en Bosnia. El problema de este plan es que necesita de un desarrollo sobre el mismo terreno, como el de la red de comunicaciones, y la OTAN teme enviar una señal equívoca a los combatientes. Por ello aún no se ha tomado decisión alguna sobre el eventual envío de 1.500 ingenieros y unidades de apoyo logístico.
Un recrudecimiento de la guerra en Bosnia colocaría a los 24.000 cascos azules que desarrollan allí su trabajo en un grave peligro, con riesgo de ser tomados como rehenes por una de las partes, como ya hicieran los serbios en la crisis de Gorazde, hace un año. Es ese caso, la ONU ordenaría la retirada y la OTAN daría escolta militar a la operación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Diplomacia
- Misión paz
- Cascos azules
- Serbia
- Mediación internacional
- Misiones internacionales
- Contactos oficiales
- Croacia
- Política exterior
- Bosnia Herzegovina
- Guerra Bosnia
- OTAN
- Negociaciones paz
- ONU
- Guerra
- Relaciones internacionales
- Organizaciones internacionales
- Proceso paz
- Conflictos
- Relaciones exteriores
- Defensa
- Política