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Clinton y Major dan por zanjadas sus diferencias sobre Irlanda del Norte

Antonio Caño

BilI Clinton y John Major dieron ayer formalmente por superadas las diferencias que les habían enfrentado en el pasado y destacaron los intereses comunes de sus dos Gobiernos para acelerar el proceso de paz en Irlanda del Norte y en la búsqueda de una política coordinada para la seguridad de Europa. En la conferencia de prensa que siguió a su reunión con el primer ministro británico, el presidente norteamericano anunció que Irak "podría haber reconstruido su capacidad para fabricar armas químicas".

Bill Clinton aseguró que su Gobierno y el de John Major coinciden en dar los pasos necesarios para garantizarla paz en Irlanda del Norte, incluida "la necesidad de que los grupos paramilitares entreguen las armas".

El presidente norteamericano informó que Major y él están de acuerdo también en los siguientes aspectos:

- La expansión de la OTAN debe proseguir gradualmente.

— La Alianza Atlántica debe, al mismo tiempo estrechar los lazos con Rusia.

-La política en Bosnia-Herzegovina debe ser conducida por el grupo de contacto.

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—Es necesario mantener las sanciones a Irak.

El primer ministro británico dijo que Clinton hablaba en nombre de Estados Unidos y del Reino Unido y que compartía todas las áreas de acuerdo mencionadas.

Los problemas dentro de la familia se resuelven habitualmente con un simple apretón de manos. Y cuando Estados Unidos y el Reino Unido se pelean, las relaciones especiales que unen a ambos países terminan por imponerse frente a las discrepancias personales.

Clinton y Major se han tratado fríamente desde que el primer ministro conservador británico respaldó a su amigo George Bush para la presidencia en la campaña electoral de 1992. Pero eso no ha impedido, según se desprende de sus declaraciones, que ambos comprendan que su colaboración es imprescindible, no sólo para el Ulster sino para el fortalecimiento de la alianza entre Europa y Estados Unidos.

Clinton explicó a Major que su intervención en Irlanda del Norte —particularmente su decisión de recibir al líder del Sinn Fein, Gerry Adams-, en la Casa Blanca y de conceder a esa organización permiso para recaudar, fondos en Estados Unidos— está encaminada en la misma dirección que los esfuerzos de paz del Gobierno británico. En ese sentido, el presidente norteamericano pidió el mes pasado al IRA que entregue las armas cuanto antes.

Antes de reunirse con Clinton, John Major defendió la política europea en Bosnia ante los principales líderes del Congreso y ante el vacepresidente Al Gore que es partidario de acciones más duras contra los serbios.

El primer ministro británico advirtió el lunes al líder republicano en el Senado, Robert Dole, y ayer al presidente de la Camara de Representaciones, Newt Gingrich, que el levantamiento del embargo de armas a los musulmanes bosnios provocaría la retirada de los cascos azules y acrecentaría la guerra.

Su conversación con Gingrich, el motor del conservadurismo norteamericano, tuvo, además, el interés- de descubrirla visión que ambos les une. El primer ministro no quiso dar detalles sobro ese aspecto, pero Gingrich declaró que la campaña electoral republicana de noviembre estuvo inspirada en la de Major y en las de Thatcher.

Por otra parte, Major evitó hacer campaña en favor de Nicholas Ingram, ciudadano británico que debe ser ejecutado en la silla eléctrica esta semana en Atlanta tras ser declarado culpable del asesinato en 1984 de un hombre de 55 años al que robó 60 dólares (unas 7.500 pesetas). Las esperanzas de Ingram se esfumarron del todo poco después cuando un juez federal de Atlanta rechazó detener la ejecución.

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