Universidad y convergencia

Un estudio sobre la adaptación de la Universidad a las exigencias de su entorno económico y social ha agitado los ambientes académicos franceses. Se trata del informe Laurent, que propugna acelerar el paso de un sistema centralizado a otro de universidades autónomas y diferenciadas. Probablemente la fuerte contestación estudiantil impida su aplicación inmediata. Pero el debate está ahí: descentralización, regionalización, nuevas fuentes de financiación con aproximación a las empresas.... delimitando las funciones del Estado a coordinación y evaluación a posteriori.Con unos orígenes opuestos, con unos esquemas académicos y organizativos totalmente diferentes, los sistemas universitarios francés y alemán han seguido, en los últimos decenios, sin embargo, evoluciones convergentes, que requieren adaptarlos a las demandas de una sociedad fundada en la innovación tecnológica.

En el sistema alemán, caracterizado por su federalismo, donde los landers tienen la responsabilidad de los centros de enseñanza superior, el Estado central ha conquistado en los últimos 30 años competencias a través de: participación en construcciones universitarias, financiación de la investigación, relaciones internacionales, etcétera. En contraposición, Francia da prioridad nacional a los grandes temas de política universitaria. La existencia de un' Comité Nacional de Evaluación en el caso francés, el desarrollo del sistema alemán de enseñanza superior no universitaria..., constituyen características diferenciadoras de ambos sistemas. No obstante, la convergencia es clara: diversificación de estructuras, amplia autonomía universitaria, cooperación con la industria...

Es este horizonte común el que se perfila en el Libro Blanco de Delors sobre crecimiento, competitividad y empleo. Sugiere mejoras específicas: formación mas práctica, periodos de estudios menos largos, mejorar la coordinación entre las diversas administraciones, abordar el problema del fracaso escolar (próximo al 30%), aumentar los titulados universitarios en el conjunto de la población (30% en la UE, frente a 50% en Japón y 70% en EE UU).

¿Cuáles deben ser las prioridades del sistema universitario español para dicha convergencia europea? En varias líneas: tenemos un déficit aún mayor de titulados universitarios en relación con la población activa, debe continuar la tasa elevada de escolarización universitaria (actualmente del 40%) con una potenciación de la enseñanza superior no universitaria, hoy casi inexistente -en Francia y Alemania superan un tercio del total-, deben estudiarse iniciativas para aumentar el rendimiento académico, disminuir el tiempo medio de permanencia de los estudiantes como consecuencia de la reducción de la duración mínima de las carreras (ya contemplada en la actual reforma de los planes de estudios) y del incremento de la calidad.

Para ello es conveniente: favorecer las carreras de ciclo corto, incrementando del 40% actual al 50% en un decenio; flexibilizar los currículos en mayor medida, bien reorientándose hacia carreras con más posibilidades de éxito académico, bien facilitando el acceso a segundo ciclo de ingenierías a estudiantes de licenciaturas afines; aumentar el nivel de satisfacción de la demanda de estudios en primera opción, continuando la diversificación de la oferta con nuevas titulaciones; realizar sistemáticamente un seguimiento de la calidad mediante programas de evaluación institucional.