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GUERRA EN LOS BALCANES

La tentación islámica en Bosnia

El ala integrista del partido gobernante acosa a un primer ministro comprometido con la modernidad

El primer ministro bosnio, Haris Silajdzic, no ha asistido a los ejercicios espirituales que durante dos días han convocado en Sarajevo a la cúpula de su partido, Acción Democrática (SDA). SilaJdzic, quien a lo largo de la última semana ha estado yendo y viniendo entre Croacia y Eslovenia, arribó a la capital justo cuando se disolvía la asamblea de notables del SDA, la formación musulmana que en la práctica se va configurando como partido único de Bosnia-Herzegovina.La ausencia tiene una verosímil explicación oficial: los deberes del jefe del Gobierno le obligan a estar en muchos frentes en esta hora crítica. Y otra que comparten la calle y los más próximos a los entresijos del poder en Bosnia: Silajdzic ha estado o está a punto de dimitir y de abandonar un partido progresivamente en manos de su ala más radical.

El primer ministro, un musulmán moderno, no se aviene bien con que el presidente Alia Izetbegovic le meta en el Gabinete ministros que no desea, como los de Exteriores o Policía, entre otros; o con que prime el fervor religioso sobre la eficacia a la hora de desempeñar un cargo de responsabilidad en Bosnia.

Tampoco le gusta al señor Silajdic, un hombre crecientemente popular en el país, que la televisión estatal, en manos de una directora nombrada hace un año por el jefe del Estado, Amila Omersoftic, perteneciente a la vez a la dirección del SDA, haya hecho de él su blanco favorito. Hasta el punto de que la oficina del primer ministro tuvo que emitir hace dos meses un comunicado en el que se señalaba que les difícil encontrar un país en el mundo en el cual el responsable de la televisión oficial nombre y despida a los jefes de Gobierno".

Una buena musulmana

El propio partido gobernante, controlado por el presidente bosnio, pidió a éste que sustituyera a Omersoftic, autora además de una purga de periodistas solventes en la cadena estatal. IzeIbegovic declinó hacerlo señalando que "es muy buena musulmana".

La gente corriente cree en Sarajevo que la directora de la televisión estatal, de cuyos programas abomina la mayoría de sus sufridos espectadores, no está sola al permitirse tales lujos en un país en guerra, por mucha fachada democrática que se pretenda exhibir. La razón al extremo del hilo es que coexisten en el partido gobernante, Acción Democrática, una tendencia muy poderosa que quiere hacer de Bosnia-Herzegovina un Estado confesional musulmán y otra minoritaria y laica que, en la línea del vapuleado primer ministro, pretende un país. multiétnico y moderno, una "opción de los ciudadanos" como la tradicionalmente ejemplarizada por Sarajevo. Algunos países islámicos apoyan con su propaganda y recursos la primera opción. Europa y Estados Unidos, la segunda.

El SDA es una formación nacionalista sin rivales visibles, salvo el testimonial Partido Socialdemócrata, implantado sobre todo en la importante ciudad deTuzla, la única en Bosnia gobernada por la oposición. La mayoría de los militantes y cuadros de Acción Democrática son ex comunistas conversos al calor del poder, aunque pervive un núcleo respetado de musulmanes de siempre. El SDA ha ido penetrando las estructuras de decisión y sus hombres controlan desde Sarajevo el Ejército, la economía o la policía.

Perfil cambiante

El perfil secular de la capital bosnia en sus aspectos más externos -vaqueros, música dura o alcohol- ha cambiado perceptiblemente con el asentamiento de decenas de miles de refugiados musulmanes, campesinos expulsados de sus tierras por los purificadores étnicos serbios. La visita regular a la mezquita y una indumentaria apropiada son las mejores credenciales para la ayuda humanitaria de las eficaces organizaciones islámicas.

La dominación creciente en el Gobierno bosnio del ala religiosa, pese a que formalmente sigue comprometido con un Estado multiétnico y multicultural, tiene reflejos significativos. Unos parecen más costumbristas, como que la máxima autoridad religiosa de Sarajevo, Mustafá Ceric, sea el segundo en el orden de protocolo del Estado bosnio, detrás del presidente y antes que el primer ministro, SilaJdzic; o que se nombre a un clérigo musulmán para el puesto de primer secretario de embajada en un país como la vecina ex república yugoslava de Eslovenia.

Otros apuntan más lejos. La religión ha vuelto a las aulas tras 47 años de prohibición comunista, pero el islamismo es la opción principal para la mayoría de los niños, pese a que en teoría pueden recibir clase de otros credos. Comienza a haber comercios donde no se vende carne de cerdo. Los soldados muertos son tratados de sehidi, como si necesariamente hubieran entregado la vida en defensa del islam. Incluso los matrimonios mixtos empiezan ser calificados de "impuros" desde algunas publicaciones controladas por el partido gobernante. El director de una de ellas, la revista Ljiljan, escribe que "los hijos nacidos de estas parejas son seres frustrados".

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