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Asesinada una opositora al régimen de Aristide en vísperas de la llegada de Clinton a Haití

Antonio Caño

Una antigua dirigente del Gobierno militar y ardiente opositora del presidente Jean-Bertrand Aristide ha sido asesinada en Haití en un rebrote de violencia surgido justamente en vísperas del relevo de las tropas norteamericanas que ocupan el país por un contingente de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas. Bill Clinton llegará mañana a Haití para asistir al relevo. Arístide ha pedido a los cascos azules el desarme de los grupos paramilitares en Haití para evitar que esta nueva operación de la ONU acabe dentro de unos meses como la de Somalia.

Mireille Durocher Bertin, de 38 años, que actuó como jefa de Gabinete del general Raoul Cédras, el líder del golpe que derrocó a Aristide en 1991, fue asesinada el martes por un pistolero que disparó contra su coche con un arma automática. El portavoz de la embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe, Stanley Schraeger, aseguro, según informan las agencias de prensa desde la capital haitiana, que "se trata claramente de un crimen político". La fiscal general estadounidense, Janet Reno, anunció ayer el envío de un equipo del FBI para ayudar en la investigación del asesinato.Durocher Bertin, una abogada educada en Estados Unidos, estaba trabajando en la creación de un partido político contrario a Aristide para participar en las elecciones legislativas previstas para el próximo mes de junio. Su marido asegura que Durocher Bertin, que era amiga personal de Cédras y su portavoz en muchas ocasiones, había recibido varias amenazas de muerte desde que Aristide retornó al país el pasado 15 de octubre tras la ocupación pacífica del país por tropas norteamericanas.

A lo largo del mes de marzo otros dos activistas políticos, aunque ellos seguidores del presidente Aristide, murieron en circunstancias que se atribuyen a una nueva ola de violencia política en Haití.

En una entrevista concedida el martes a varios medios de comunicación, Aristide aseguró que las condiciones de Haití en estos momentos son "suficientemente seguras y estables como para proceder a la transición" del control militar de Estados Unidos al de la ONU. Algo más de 6.000 cascos azules y cerca de un millar de funcionarios civiles se harán cargo a partir de ahora de la seguridad del país. El presidente Bill Clinton viajará mañana a Puerto Príncipe por espacio de unas horas para tomar parte en la ceremonia oficial de transmisión del mando, en la que también estará presente el secretario general de las Naciones Unidas, Butros Butros-Gali.

Jean-Bertrand Aristide advirtió en sus declaraciones que, aunque la situación "va mejorando día a día", todavía quedan armas en manos de los que él llamó "opositores a la democracia". "A corto plazo, si detenemos a alguno de esos matones y desarmamos a otros siempre dentro de la legalidad, será una buena señal y hará la situación más segura", manifestó el presidente haitiano.

Butros Gali dijo esta semana que la mayor parte de la violencia existente en Haití responde a delicuencia común y no implica un peligro para la misión de la ONU. Pero otras fuentes de las Naciones Unidas temen que la salida de las tropas norteamericanas y la proximidad de las elecciones en Haití sean aprovechadas para reanudar la espiral revanchista que ha abortado antes otros intentos de democratización en ese país. EE UU, que mantendrá 2.400 soldados como parte de la fuerza de la ONU, seguirá ejerciendo el control de esa misión, en la que participan también soldados de otros 12 países.

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