Kurdistán

En su periódico del 21 de marzo de 1995, página 2, aparece publicada una noticia referente a la violación de la zona de exclusión decretada por Naciones Unidas en el Kurdistán Sur (Irak) por parte de tropas turcas.En primer lugar, queremos manifestar nuestro desacuerdo con la despreocupación por parte de la prensa española, aunque su periódico sea el que mayor interés muestra por el tema, ante el genocidio del pueblo kurdo, constante y sin perspectivas de solución, desde el Tratado de Sèvres, por el que se repartió su territorio entre Irak, Irán, Siria, Turquía y la ex URSS.

Tan sólo cuando se llevan a cabo acciones como la referida en este artículo, o cuando entran en Juego las vidas de personas occidentales, ajenas al conflicto, la prensa se hace eco de estos sucesos. Pero, en realidad, estos hechos acontecen cada día, ya que Turquía está llevando a cabo una política de tierra quemada en el Kurdistán, obligando a la gente a refugiarse en la zona liberada, Kurdistán Sur (Irak), para salvar sus vidas.

Es esta gente, civiles, todos ellos mujeres y niños, la que, ante la destrucción de sus aldeas, acusados de colaborar con los peshmergas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), ha tenido que buscar protección en los campos de refugiados, y no los peshmergas del PKK. Por ello, la actuación del Ejército turco nos parece injustificable, y qué decir de la falta de respuesta de los países pertenecientes a Naciones Unidas, a los que les corresponde la protección de esta zona, Kurdistán.

Ante todo, queremos manifestar nuestra oposición a cualquier tipo de actuación violenta, independientemente de su procedencia. Pero nos vemos obligados a denunciar intervenciones como la que ha aparecido en su periódico, y otras muchas que ocurren cada día, en cada una de las zonas en que se encuentra dividido el Kurdistán, sin que lleguen al conocimiento de la opinión pública y que han colocado a 30 millones de kurdos en una situación de guerra.-

Presidenta del Comité de Solidaridad con Oriente Próximo.