El PKK lanza una ofensiva contra la retaguardia del Ejército turco

J. C. GUMUCIO Acosados con ferocidad desde hace una semana en el norte de Irak por el Ejército de Turquía, los guerrilleros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) han conseguido trasladar su campaña tras la retaguardia de las líneas turcas.

En Ankara, fuentes oficiales reconocieron ayer que el PKK ha lanzado una serie de operaciones militares dentro del territorio turco, en la región de Tunceli, a unos 500 kilómetros al este de la capital turca, con el objetivo de distraer la ofensiva militar que ha colocado a más de 35.000 soldados turcos en el norte de Irak. Portavoces del PKK en Londres corroboraron que la operación está a cargo del legendario comandante Semdin Sakik, Zeki El Sin Dedo, un temerario combatiente que hace años perdió el pulgar derecho al estallarle un lanzagranadas defectuoso,

Resulta evidente que el objetivo del Gobierno de la primera ministra Tansu Çiller -la destrucción de la guerrilla del PKK (unos 10.000 combatientes) en pocos días- permanece distante. En un optimista discurso a la nación televisado ayer, Çiller afirmó que la Operación Acero es "un acto de legítima defensa". La primera ministra destacó que Turquía "no tiene ningún interés en permanecer" en Irak.

Mientras tanto, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anunció ayer desde su sede en Ginebra que proyecta evacuar hoy al menos a 2.000 de los 4.500 refugiados kurdos procedentes de Turquía instalados en campamentos de las proximidades de Zajo. Los refugiados serán trasladados a la zona de Atrush, a más de un centenar de kilómetros de la frontera turca.

El ACNUR ha expresado reiteradamente su preocupación por las violaciones de los derechos humanos durante la ofensiva turca. Paralelamente, un nuevo indicador de la inquietud europea surgió ayer en Bonn cuando el ministro alemán de Trabajo, Norbert Bluem, acusó a Turquía de tratar a los kurdos "peor que a animales".