Clinton y Yeltsin

Las cumbres no son caramelos que se dan como premio por buena conducta. Son oportunidades para que los líderes trabajen sobre problemas espinosos. Por eso es muy positivo que Clinton haya decidido mantener una reunión con Yeltsin en Moscú el 9 de mayo. No hay crisis, pero hay confusión y algo de tensión por ambas partes.Fue difícil arreglar la cumbre. Estados Unidos la pospuso, entre otras cosas, por las brutalidades que Rusia hizo en Chechenia y por su plan de vender reactores nucleares a Irán. Rusia se queja de tener que hacer ajustes políticos sólo para que el presidente Yeltsin se los presente a Clinton. Sin embargo, Yeltsin hizo una pequeña pero, útil concesión al decidir conmemorar el 500 aniversario de la victoria aliada en la II Guerra Mundial. Así su invitado no queda implicado teniendo que dar su aprobación a las operaciones rusas en Chechenia. Permite a Clinton reunirse con el respetable y expreso propósito de reconocer el heroísmo del pueblo ruso durante la guerra.

Hay que restaurar una cierta perspectiva en las relaciones ruso-americanas. En Washington, las actuales fricciones deben, tener en cuenta la histórica decisión de Moscú (...), de abandonar el status de gran potencia. (...) Y Rusia necesita realizar su política no sólo teniendo en cuenta las normas occidentales, sino las pautas de los demócratas rusos que se oponen a la política del Kremlin en Chechenia.

23 de marzo