González califica de "execrable" el crimen y respalda a Barrionuevo

El presidente del Gobierno, Felipe González, calificó ayer de "crimen execrable y sin ningún tipo de justificación", el asesinato de los presuntos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, cuyos cadáveres han sido identificados en Alicante casi 12 años después de su desaparición. González manifestó su apoyo al ex ministro José Barrionuevo, titular de Interior cuando ocurrió el doble homicidio.González esperó a su intervención habitual de control parlamentario de, los miércoles para pronunciarse sobre el caso. En tono grave, confirmó la voluntad del Ejecutivo de "esclarecer a fondo los hechos" y dejó clara la voluntad del Gobierno de colaborar con la Justicia.

El presidente salió al paso de las peticiones de dimisión de Barrionuevo hechas por IU y el PNV. El portavoz en el Congreso de esta última formación, Iñaki Anasagasti, reclamó el martes que Barrionuevo abandone su escaño, aunque añadió: "Sabemos que tiene la piel de un paquidermo y no- va a dimitir".

Por otro lado, Alfonso Calvé, gobernador civil de Alicante y ex subdirector general de la Policía, reconoció que en ningún momento nadie relacionó la desaparición de los etarras en 1983 con el hallazgo de cadáveres en Busot". Calvé negó que su identificación haya sido casual: "Es injusto que coloquialmente se diga que al policía

[Jesús García García] se le encendió la bombilla, porque esto es el resultado del trabajo de buenos funcionarios que periódicamente revisaban ese caso sin resolver, como revisan otros", informa Jaime Esquembre.

El inspector García, que logró identificar los cadáveres de Lasa y Zabala -10 años después de su hallazgo- tenía entre sus cometidos repasar "periódicamente" los casos judiciales sin resolver, por si surgían nuevas pistas. García realizó las pesquisas con sigilo "para evitar presiones", según fuentes policiales.