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EL 'CASO LASA Y ZABALA'

"Las manos atadas y los ojos vendados'

Los presuntos miembros de ETA, José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, secuestrados por el GAL en 1983, fueron enterrados en cal viva, en una fosa natural, "con los ojos vendados y uno encima del otro", según dijo a Efe Daniel Esparcia, una de las personas que ayudó a la Guardia civil a desenterrar los cuerpos en el año 1985.Daniel Esparcia explicó ayer, tras conocer que se trataba de Lasa y Zabala, que los cadáveres, "estaban tapados por cuatro dedos de cal," y tenían las manos atadas, aunque no recordaba si delante o detrás, y señaló que uno de ellos también tenía "el cráneo partido".

Fuentes de la Policía Local de Busot indicaron que las personas que enterraron los cadáveres "debían tenerlo muy bien preparado", ya que la partida esta situada en una zona "de muy difícil acceso, donde no suele ir nadie a excepción de los fines de semana si se va de caza o a pasear".

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Los primeros restos de los cuerpos, un trozo de pierna, fueron encontrados el 18 de enero de 1985 por el anciano Emilio Velo cuando paseaba a su perro por la zona, aunque no dió parte a la Guardia Civil, porque, según dijo después, estaba asustado.

Dos días después, el 20 de enero de 1985, Ramón Soriano, socio de la Sociedad de Cazadores de Busot, aunque no reside en esta localidad alicantina, encontró de nuevo estos restos y, a, unos metros, un montículo de cal mal tapado de tierra, por lo que lo comunicó al ayuntamiento de Busot y a la Guardia Civil.

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