Los Ronaldos vuelven de su 'cruzada a favor del rock' en Cuba

Durante una semana, el rock español ha sonado en La Habana. Invitados por la Fundación Pablo Milanés, los Ronaldos actuaron en hoteles, grandes teatros y hasta en un centro cultural al aire libre. Una experiencia fuerte ante un público sediento de una música que no goza de la aprobación oficial. Los Ronaldos llegaron a Cuba con su formación de lujo: el cuarteto básico más un teclista y tres saxofonistas. Las primeras apariciones en público, en el histórico cabaré del Hotel Nacional, parecían presagiar un desastre: no acudieron más que algunos turistas y era de esperar, ya que los 10 dólares de entrada lo ponían fuera del alcance de los nativos. Los posteriores conciertos en grandes teatros, con precios en pesos cubanos, convocaron a varios miles de personas, inicialmente desconcertados por el mestizaje sonoro de los Ronaldos, pero finalmente convencidos por la exuberancia comunicativa de Coque Malla.Los Ronaldos formaban parte del proyecto Amo esta isla, una idea de Pablo Milanés que pretende acercar artistas foráneos al público cubano. Para el autor de Yolanda, la gira de los Ronaldos era crucial: "Ya habíamos traído a Joaquín Sabina pero esta es la primera visita de un grupo de rock y había- que deshacer muchas suspicacias. Para muchos burócrtas, el rock es música de sectores automarginados y se mira con sospecha. De hecho, el concierto en el teatro Carlos Marx estuvo a punto de suspenderse unas horas antes, con más de 2.000 entradas vendidas. Fue muy importante que no hubiera incidentes y que dos grupos de la ciudad -Paisaje con Río y Havana- pudieran actuar como teloneros. Existe un movimiento autóctono y muchos jóvenes que quieren rock, y es hora de normalizar la situación".