Las escuelas privadas para niños adinerados, nuevo fenómeno del aperturismo en China
La aparición de centros no gratuitos en Pekín, Shanghai y Cantón despierta recelos
Las peculiaridades del régimen socialista chino también han llegado al sector educativo con la tímida aparición de la enseñanza privada. Los chinos las llaman "escuelas de élite". Su, futuro, de todos modos, parece en estos momentos en entredicho ¿Viola o, no los principios del sistema socialista chino de enseñanza igualitaria y gratuita? En este gran calderón de confusión de una sociedad cada vez más desideologizada como. es la China de hoy, algunos estiman que permitir el establecimiento de esta clase de centros selectos es cargarse definitivamente el sistema y alentar la discriminación y en definitiva la diferencia de clases. Otros piensan lo contrario y creen que la existencia de la enseñanza privada obligará al Estado superar el actual gasto educativo menos del 3% de su PIB.El Gobierno acaba de presentar una ley de enseñanza con la que se compromete a aumentár notablemente el presupuesto del sector y a mejorar la formación del profesorado y del alumnado. En el transcurso de la sesión anual del Parlamento chino, se han escuchado voces muy disconformes respecto a las "escuelas de élite". El viceprimer ministro Li Lanqing acusó a sus promotores de crear la división socia y de buscar el propio beneficio en contradicción con las directrices del partido comunista.
El alumnado de estos colegios está formado por hijos de adinerados comerciantes, dirigentes de grandes empresas enriquecidos con la reforma y de altos funcionarios de la Administración y del partido. Estos centros, que son aún escasos, se encuentran en Pekín y en las ciudades costeras y meridionales, la base del boom económico chino. El profesorado lo componen maestros con aquilatada experiencia, algunos de ellos jubilados de la enseñanza pública, donde los sueldos son casi miserables. En la privada, los enseñantes perciben emolumentos algo superiores.
La Shuren School es modelo de este tipo de educación elitista. Fundada en agosto de 1993 en Pekín como centro experimental gracias a la aportación generosa de un empresario taiwanés, y la colaboración más modesta de otros conmerciantes de la capital, cuenta en estos momentos con 218 alumnos y 35 profesores e imparte la enseñanza completa del bachillerato, que va desde los 6 hasta los 18 años. Proyecta establecer su propia universidad. La matricula más cara es de 30.000 yuanes anuales (3.750 dólares), además de dos tasas semestrales de 6300 yuanes (800 dólares). Tarifas prohibitivas para el nivel adquisitivo de la población media china. El alumnado vive en régimen de internado. El número de niños por clase no supera los 20 frente a los 40 y hasta 60 de la red pública.Lema en inglés
"Honesty, Courage, Solidarity and Diligence" (Honradez, Valor, Solidaridad y Diligencia) figura grabado en un cartel al ingreso del lugar con lo que se quiere destacar más que la observancia de tan nobles principios la importancia que para sus educadores tiene el idioma inglés. El edificio es austero. La maestra You Cu Xiang, explica que la Shuren School inaugurará el próximo cursó un complejo con diversos módulos modernos e instalaciones deportivas en el este de la capital. La señora You, con más de 30 años de experiencia educativa, no tiene ningún problema para justificar las "escuelas de élite": "Son el: resultado del fuerte crecimiento de la economía de nuestro país. Como ya dijo el camarada Deng Xiaoping, la reforma y apertura al exterior, alienta que haya un sector de la población que se enriquezca primero, y luego lo hará el resto", afirma con una mezcla de candor y cinismo. En la Shuren School, al igual que sucede con otras "escuelas de élite" que hay en Shanghai y Cantón, se presta mucha atención a la enseñanza del inglés y de la informática, así como a la pintura, caligrafila china y música cIásica y moderna. La historia contemporánea de China se aborda más abiertamente que en los colegios públicos, pero se habla de la defensa del socialismo y se destacan más los éxitos que los fracasos del maoismo.
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