El gobernador de Estambul destituye al jefe policial del distrito alevi y levanta el toque de queda
El jefe de policía del distrito de Gaziosmanpachá de Estambul, de mayoría alevi, ha sido la primera cabeza en rodar tras el baño de sangre que en tres días ha arrojado 30 cadáveres a los cementerios. Los agentes de su comisaría fueron trasladados ayer a otros barrios por orden del gobernador de la antigua capital otomana, Hayri Zozakçioglu, quien también levantó el toque de queda en Gaziosmanpachá y abrió una investigación. Los controles se mantenían, sin embargo, en el distrito asiático de Umraniye, donde fueron inhumadas las cuatro víctimas del miércoles.
El Gobierno de Ankara dictó ayer medidas de seguridad excepcionales para evitar que la tradicional oración de los viernes en las mezquitas -la mayoría musulmana sunní está abiertamente enfrentada a la comunidad alevi- desate hoy una nueva ola de violencia.El portavoz del Gobierno, Yildirim Aktuna, confirmó que la primera ministra, Tansu Çiller, reunió la noche del miércoles a un Gabinete de emergencia con participación de miembros del Ejecutivo, responsables de los servicios de información y autoridades militares. Esta reunión de "seguridad exterior" responde a las acusaciones lanzadas por Çiller contra Ios intereses extranjeros" que se hallan detrás de los disturbios de Estambul "para destruir el futuro de Turquía después del acuerdo aduanero con la Unión Europea".
La prensa nacionalista turca se ha apresurado a señalar "la mano de Grecia" en el origen del estallido social de la comunidad alevi, al que se han sumado otros colectivos, como la minoría kurda -que celebrará su fiesta independentista el próximo día 21- y los partidos de la extrema izquierda.
Precisamente, el distrito de Umraniye, escenario anteayer de choques entre la policía y manifestantes alevis, fue el feudo de organizaciones radicales, izquierdistas -le llamaban Distrito 1º de Mayo- que durante los sangrientos años finales de la década de los setenta desataron una lucha sin cuartel contra los escuadrones ultraderechistas antes del golpe de Estado militar de 1980. Aquellos enfrentamientos produjeron más de 5.000 muertos.
"¡Grecia es culpable", acusó el miércoles en el Parlamento Alparslan Turkes, quien encabezó hace 120 años los paramilitares Lobos Pardos. El portavoz del Ministerio de Exteriores griego, Costas Bikas, replicó que los turcos "buscan siempre enemigos extranjeros para afrorítar sus problemas internos".
Mientras comienzan a limpiarse las manchas de sangre en, las calles de Estambul, la mayoría de los turcos sigue sin comprender cómo ha podido llegar a degenerar de ese modo el conflicto con la comunidad alevi. El descontento de la población, aplastada por el peso de la crisis económica del problema kurdo, ha aflorado ante las imágenes de la brutalidad policial.
Por otro lado, una ola de atentados incendiarios contra establecimientos turcos recorrió ayer, por tercer día consecutivo, siete ciudad es alemanas sin causar daños personales. La policía atribuyó al terrorismo kurdo los ataques. El Ministerio del Interior de Bonn acordó ayer levantar la prohibición de entregar a Turquía a los dirigentes kurdos detenidos en Alemania.
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