Una de las mayores camadas de perros terranovas del mundo nace en Las Rozas
Con poco menos de dos meses de vida, ora sólo levantan un palmo del suelo. Cuando crezcan, si se lo proponen, podrían remolcar juntos un barco de 240 toneladas. Son los 12 terranovas que nacieron en el pasado mes de febrero en Las Rozas (44.300 habitantes). Según los expertos, forman posiblemente una de las mayores camadas del mundo de esta peculiar raza, que tiene graves problemas para reproducirse.
María Pilar Merino, la propietaria de la camada, dejó hace 15 años la guardería donde trabajaba y se propuso criar perros. "Me gustaban los niños, pero no los padres. Así que decidí enfocar mis ilusiones hacia los animales. Los terranovas pronto me ganaron por su dulzura e inteligencia. Representan la nobleza, la bondad, la alegría. Es difícil explicarlo". Los terranovas, conocidos también como los San Bernardo de las aguas, cuentan con un curioso instinto natural: se lanzan a salvar a las personas en dificultades en mares y ríos. Su espeso pelaje, la capa de grasa que recubre su cuerpo y las membranas interdigitales de sus pezuñas les permiten nadar en aguas heladas.Según Pablo Hernáez, veterinario, "estos animales pueden soportar hasta 40 grados bajo cero debido a su especial morfología".
Un terranova puede nadar, además, hasta 20 kilómetros sin mostrar signos de extenuación. En el siglo pasado, los barcos que recorrían las regiones polares llevaban a bordo terranovas para rescatar a los marineros que caían al mar.
Cesárea
Para lograr una de las mayores camadas conocidas en el mundo fue necesario recurrir a técnicas de inseminación artificial. María Pilar Merino lo explica: "La reproducción de estos animales es muy complicada. El enorme peso de los machos (de adultos llegan a pesar hasta 80 kilos) dificulta que monten a las hembras".
Los cachorros de Las Rozas tuvieron que nacer además por cesárea. "La madre no podía soportar un parto tan largo y, para que no sufriera, fue necesario practicarle la cesárea", comenta Pablo Hernáez.
El precio de cada uno de los cachorros supera en el mercado las 150.000 pesetas.
Curiosamente, su propietaria no los vende a la ligera. "Sólo se los doy a aquellas personas que me caen bien. Además, tienen que demostrar que cuentan con tiempo y posibilidades económicas para mantenerlos".
Un cachorro de terranova come diariamente un kilo de pienso, un litro de leche y una mezcla de jalea, levadura de cerveza y vitaminas. Además, cuando son recién nacidos hay que alimentarlos cada hora. Son igual que los bebés", cuenta Merino, mientras uno de los perrillos le lame la cara. "Pueden vivir en pisos pero necesitan salir dos o tres horas diarias a la calle y pisar tierra. Son animales muy sensibles que necesitan cariño y muchos cuidados".
No se conoce el origen exacto de los terranovas. Los expertos barajan varias hipótesis: eran los perros de los indios que vivían en Terranova, fueron llevados a esta isla por los vikingos, descienden de los perros de los navegantes noruegos del siglo XVI, son una mezcla de las diversas razas de canes que acompañaron a los primeros colonos ingleses o, incluso., proceden de los mastines de los Pirineos que acompañaban a los pescadores vascos a está parte del Canadá.
Esta raza, según algunos expertos, se encuentra en peligro de extinción, y ya ha desaparecido prácticamente de Terranova. En el siglo XIX vivían en esta isla unos 2.000 terranovas, muchos de ellos habitaban en los bosques. Cuando se les necesitaba para el transporte de mercancías o el rescate de naúfragos, las expediciones salían en su busca.
En 1815, un tribunal ordenó que todos los perros fueran sacrificados, excepto los que tenían dueño. Se pagó hasta cinco chelines por cada animal. La raza casi desapareció. Sólo los criadores europeos mantuvieron la especie. El club español del terranova no se fundó hasta 1986, a diferencia de otros países que ya contaban con asociaciones de aficionados desde el siglo XIX.
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