Campo de golf
He paseado varias veces por el moderno parque Juan Carlos I, milagroso espacio libre para disfrutar en Madrid. Muchas personas no habrán tenido aún la oportunidad de caminar por él para tomar aire, sol, y, sobre todo; espacio libre y ameno, gozando de su situación ligeramente elevada sobre su entorno.Hace días, buscando un nuevo itinerario, nos acercamos a una colina dominada por una caseta, como una especie de oficina comercial, cerrada quizá por ser domingo. Yo ignoraba (quizá casi todo Madrid) que del terreno liberado para constituir el gran parque, parte se liberó también para hacer un campo de golf. El plano, que se veía con dificultad dentro de la caseta, mostraba (pues más tarde sólo ha quedado un planito del golf) las dimensiones relativas que aventuro que sean las del golf, tercera o cuarta parte del gran parque.
Las máquinas preparadas para emprender la obra eran numerosas, y preparadas estaban las muchas tuberías que correrán por el terreno bajo el césped futuro. La vista de la superficie destinada al golf mareaba, sobre todo imaginándola con el césped mantenido a base de riego, junto a la austera superficie del colindante gran parque, cuya concepción correcta ha sido de parque de secano (aunque tenga una ría estanque).
Aparte de estas consideraciones, me pregunto si ese campo de golf es privado; si servirá a la rutilante, pero silenciosa hostelería del Campo de las Naciones, o si será posible a cualquier madrileño inscribirse como partícipe, socio, usuario, etcétera, de forma pública, ahora o más adelante. Porque me parece que ese campo de golf (olvidando el chiste fácil del campo de coles) representa lo que hoy se discute tanto en muchos puntos de España. Y lo concerniente a ese enorme pedazo de tierra, que primeramente parece que interrumpe el gran parque y que tomará mucha agua, no puede ser tan secreto o poco divulgado como me parece a mí.-
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