Aznar describe al Gobierno como un barco a la deriva sumido en un "estado de ridículo"

José María Aznar enfiló ayer al Ejecutivo, al que escribió como "un barco a la deriva" que ha llegado un "estado de ridículo". El líder del PP no quiso comentar todos "los pormenores" del caso Roldán, pero dijo que lo mejor que puede hacer el Gobierno es estar callado" mientras no explique "las peripecias verdaderamente chapuceras" de la detención. Sobre las denuncias de malversación de fondos reservados hechas por el ex director de la Guardia Civil contra Narcís Serra, Julián García Vargas y varios ex ministros y altos cargos de Interior, Aznar afirmó que los españoles tienen derecho a saber qué pasó con esos fondos.

El líder del PP se entrevistó durante media hora con el presidente de Chile, Eduardo Frei, en el palacio del Pardo. A la salida del palacio, Aznar afirmó que el Ejecutivo tiene que dar explicaciones acerca de por qué nombró y mantuvo a Luis Roldán y por qué se le escapó, así como sobre "todas las peripecias verdaderamente chapuceras que han determinado la entrega".Sobre la credibilidad que le merecen las denuncias de Roldán, se remitió al juez Baltasar Garzón, pero manifestó que "no son más que un ejemplo de la situación preocupante y negativa en la que está el Gobierno de España". Un Ejecutivo que, según dijo, "no tiene dirección política y es literalmente un barco a la deriva. No sabe dónde va, no tiene rumbo, ni orientación, y eso, la mayoría de los españoles ya lo sabe". "Cuando el Gobierno llega al estado de ridículo al que ha llegado, huelga cualquier comentario más", remató.

Aznar hizo también unas declaraciones a Onda Cero en las que se definió como "una persona honrada y honesta". "Tengo 42 años y así seré toda mi vida". A estas alturas yo no voy a cambiar. El poder corrompe probablemente a los que ya estaban corrompidos", añadió.

Manuel Fraga se refirió ayer al caso Roldán, que calificó de " asunto que, no hay por dónde coger". En un comentario que relativiza implícitamente las denuncias del recluso, Fraga dijo: "Como es natural, el señor Roldán merece la consideración que puede tener un hombre en sus circunstancias" . El presidente de la Xunta reconoció el derecho de Roldán a defenderse o contraatacar, pero añadió: "No es precisamente un personaje que merezca ninguna simpatía".

En Lleida, el número dos del PP, Francisco Álvarez Cascos, dijo ayer que imposible descalabro del PSOE en las próximas elecciones municipales y autonómicas no significaría la desaparición de ese partido, como le ocurrió a UCD en su confrontación con AP por ocupar el espacio político de centro derecha, aunque auguró que IU "puede convertirse en el centro de gravedad de la nueva izquierda que surja en España después de las elecciones", informa Lluís Visa.

Otro dirigente popular, el portavoz parlamentario Rodrigo Rato, estuvo en Barcelona. Para él, la culpa de la mala salud de la peseta es la falta de confianza de los mercados en Felipe González por los escándalos de corrupción. "No hay razones económicas que justifiquen el cambio de la peseta respecto al marco", afirmó, aunque luego matizó que las razones políticas eran responsables, al menos, de la parte de depreciación que se produjo antes de la tormenta monetaria provocada por la caída del dólar.

Rato insistió en el vaticinio de que el PSOE vivirá una "crisis profunda" tras las elecciones del 28 de mayo. El portavoz parlamentario del PP dijo que los socialistas "no han cerrado sus problemas internos".

La grillera de Madrid

El presidente del Gobierno Vasco, José Antonio Ardanza, definió el clima de confrontación en la política nacional de forma rotunda: "Vista esta grillera, es mejor parar el menor tiempo posible en Madrid y volverse a casa".

El presidente vasco no se atrevió a dar su opinión sobre los últimos acontecimientos relacionados con la corrupción porque "puede quedar totalmente desautorizada dentro de una hora por lo que salga de los juzgados". Ardanza añadió, que la sociedad vive sumergida en un ambiente de "perplejidad, sorpresa, preocupación y enorme sospecha".