Roldán acusa de corrupción a sus superiores en Interior por miedo a que lo asesinen

J. YOLDI / J.M. LÁZARO. Luis Roldán presentó ayer una denuncia ante el juez Baltasar Garzón por una larga lista de presuntas actividades ilícitas en Interior. El ex director de la Guardia Civil tomó esta iniciativa por temor a ser asesinado, según, informaron sus abogados. Roldán declaró por la mañana como testigo en el caso Marey, y por la tarde realizó una comparescencia voluntaria en la que relató supuestas actividades ilegales de altos cargos de Interior realizadas con fondos reservados durante los años en que dirigió la Guardia Civil. El juez y el fiscal estudiaban anoche qué hacer con unas declaraciones que implican a altos funcionarios del Estado y no descartaban su remisión al Supremo por la implicación de aforados, entre ellos ex ministros.

El ex director de la Guardia Civil pidió al magistrado que se le mantenga la protección policial en la prisión abulense de Brieva, en donde está encarcelado desde su detención, ya que tiene miedo de ser asesinado. El recluso está permanentemente vigilado por un grupo de geos.La comparecencia de la tarde no se refirió a hechos relacionados con el caso GAL. Roldán formuló una denuncia, ante Garzón y el fiscal Pedro Rubira, en presencia de sus abogados Agustín Guardia y José Luis Rodríguez Pérez. En ella cargó contra la práctica totalidad de los altos cargos que han pasado por el Ministerio del Interior entre los años 1986 y 1993, en los que él fue máximo responsable de la Guardia Civil.

Roldán relató todo tipo de irregularidades, relacionadas con los fondos reservados, que afectaban a personas con cargos desde su mismo nivel de director general hasta los de máxima responsabilidad del departamento.

El ex director de la Guardia Civil arremetió especialmente contra el ex secretario de Estado Rafael Vera, encarcelado por Garzón el pasado 16 de febrero, y le atribuyó numerosas ilegalidades realizadas con fondos reservados y no sólo referidas a los GAL. Roldán no apoyó sus denuncias con documento alguno, si bien explicó que formulaba la denuncia en presencia de Garzón, para que alguien investigase lo ocurrido en el caso de que a él le ocurriera algo.

Anoche se daba por seguro que Roldán había incriminado a los ex ministros José Barrionuevo y José Luis Corcuera en actividades no relacionadas con los GAL, sino con malversación de caudales públicos presuntamente cometida por utilización fraudulenta de fondos reservados.

Barrionuevo en la actualidad es diputado y, por tanto, la competencia para juzgarle corresponde al Tribunal Supremo. Caso distinto es el de Corcuera, quien fue aforado por haber sido ministro y parlamentario, si bien existen interpretaciones contradictorias acerca de si mantiene el fuero en la actualidad, ahora que ya no ostenta cargo público.

El relato realizado por Roldán durante las cinco horas de la comparecencia de la tarde fue, según fuentes jurídicas, muy gráfico, detallado y repleto de datos, nombres y fechas.

En la Audiencia Nacional se albergaban anoche dudas sobre su propia competencia y no se descartaba que el caso pudiera ser remitido al Supremo. Garzón pidió un informe al fiscal sobre la competencia del caso. Rubira responderá hoy, previsiblemente en el sentido de que el proceso que se abra como consecuencia de la denuncia de Roldán debe ser tramitado por la Sala Segunda del Supremo.

Roldán llegó a la Audiencia procedente de la prisión de Brieva a las diez de la mañana, aunque no comenzó a declarar hasta casi la una de la tarde. Fue cuidadosamente ocultado a la vista de los informadores, pero algunos funcionarios de la Audiencia y de otras oficinas judiciales no quisieron perderse su llegada y se dejaron caer por la planta del juzgado a la hora de la comparecencia.

Algunas de estas personas describieron el buen aspecto del prófugo, que llevaba americana de cachemir de pelo de camello, pantalón marengo, bufanda granate y camisa azul con corbata con dibujos en tonos oscuros. Tras su declaración ante Garzón, Luis Roldán fue conducido de nuevo a la cárcel, en donde entró a las 22.10.

La concentración de informadores de la Audiencia Nacional para cubrir la declaración de Luis Roldán se vio amenizada por la presencia de un empleado de una empresa de paellas a domicilio, que subió una paella de regalo a la secretaria del juez Garzón -ocho raciones de paella mixta de pollo y marisco con el pretexto de que el día anterior les habían encargado otra.

El lance de la paella

La paella fue introducida en el escáner y visualizada por la policía en el detector de rayos X, junto con todo el acompañamiento de platos y vasos de plástico. El lance hizo las delicias de algunos medios de comunicación, que se apresuraron a entrevistar al empleado magrebí portador de la paella después de que éste la en tregase en las oficinas del juzga do donde Garzón tomaba declaración a Luis Roldán. Los funcionarios se la comieron antes de que Roldán pudiese probarla, según fuentes del juzgado.

La introducción de la paella se produjo dos días después de que el secretario de gobierno de la Audiencia Nacional, Guillermo Fernández Vivanco, distribuyese una nota en la que prohibía terminantemente a los representantes de la prensa consumir dentro del edificio cualquier tipo de alimento o bebida.

El pasado lunes, Fernández Vivanco quedó fuertemente impactado al comprobar que algunos periodistas reponían fuerzas con un bocadillo y una lata de refresco mientras transcribían las declaraciones del caso GAL. Según la nota, distribuida a los informadores por orden del presidente de la Audiencia Nacional, Clemente Auger, la prohibición obedece a "razones obvias de seguridad general".