El 'Cosel' zarpa de Valencia sin indagar si hay otros polizones muertos

El buque chipriota Cosel zarpó ayer rumbo a Italia tras, haber dejado en Valencia casi 3.000 toneladas de madera y los cadáveres de tres Polizones. Otros dos, de nacionalidad liberiana, partieron con el mercante sin haber prestado declaración para esclarecer los hechos, aunque existe la sospecha de que haya un cuarto polizón muerto entre la carga. El capitán del barco impidió ayer que un abogado de Comisiones Obreras, que portaba una autorización judicial, visitase a los polizones retenidos.

Antes, el delegado del Gobierno, Francisco, Granados, también había visto denegado su acceso al barco. Granados ordenó luego a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia que reabriese la investigación sobre las tres muertes, pero el barco se fue con el visto bueno de la Capitanía Marítima.Granados se presentó sobre las doce del mediodía en el muelle sur, acompañado por el Jefe Superior de Policía, Javier Ballesteros, con la intención de ver a los dos polizones supervivientes e inspeccionar el buque.

El capitán del barco y el responsable de la empresa consignataria sólo les permitieron subir la escalerilla y a continuación les despidieron alegando la extraterritorialidad del barco.

Francisco Granados no portaba ninguna orden judicial, pero se vio enormemente sorprendido por la negativa de subir a bordo. "La actitud del consignatario e! inadmisible", declaró a la salida del barco. "Se ha producido un hecho muy grave, como es la muerte de tres polizones y no se entiende que nieguen toda cooperación" añadió el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana.

Tras el hallazgo de dos cadáveres entre la carga de la bodega de proa del Cosel el lunes y de otro más ayer, se especuló con la posibilidad de que hubiese una' cuarta víctima.Francisco Palau, director de a empresa de estibadores, aseguro el martes que el cap¡,.14n del mercante vio a seis polizones cuando el barco se disponía a partir de Costa de Marfil, y hasta el momento sólo han, aparecido cinco de ellos.

"Excesiva prisa"

Ante tales sospechas, y para tratar de aclarar si se hubiese podido cometer algún delito de denegación de auxilio o de imprudencia con los polizones fallecidos el delegado del Gobierno intentó visitar el buque. A Granados le resultó sospechosa la "excesiva prisa" con que el barco quería abandonar el puerto, pero, pese a ordenar a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Valencia que reabriese la investigación sobre el caso, no dio instrucciones para impedir la salida del barco.Capitanía hubiera impedido la marcha del buque de haber recibido orden de Granados en tal sentido, pero la orden no llegó, según confirmó ayer Luis Díaz de Ribera, responsable del despacho de buques en el puerto de Valencia. Sí se recibió un escrito del juzgado en el que no se ponían inconvenientes a la salida del mercante y el consignatario presentó toda la documentación necesaria, por lo que el Cosel abandonó el puerto a las tres de la tarde.

Poco antes, el capitán del buque había negado a Francisco Solans, abogado de inmigrantes de Comisiones Obreras, entrevistarse con los dos polizones supervivientes. Según manifestó Solans, que portaba una autorización judicial entregada por el juez esa misma mañana, el capitán dijo que seguía instrucciones del Gobierno chipriota para negarle el acceso al buque. Solans anunció que presentaría una denuncia por lo que considera una vulneración flagrante de las leyes.

"El principio de extraterritorialidad tiene unos límites" declaró. Según el propio Solans, el juez creía en la mañana de ayer que los polizones supervivientes estaban en el centro de internamiento para extranjeros y pensaba tomarles declaración el viernes. Tal declaración no será ahora posible, pues los dos liberianos viajan ahora rumbo a Italia.