La historia no debe repetirse
Cánovas del Castillo fue en un principio ministro de Interior. Después fue jefe de Gobierno durante 14 años alternos. Él fue quien designó a Valeriano Weyler máximo jefe de la España de Ultramar. Entre la guerra de los 10 años y la Guerra Chiquita, guerras mambisas o de independencia, que se desarrollaron en Cuba durante las tres últimas décadas del siglo pasado, Weyler y Cánovas desempeñaron un papel decisivo para el posterior escarnio y decadencia de la metrópoli. Cánovas murió ejecutado por un anarquista molesto por su actitud hacia Cuba. España prefirió dar a entender ante la opinión pública internacional que la guerra la perdió ante EE UU, no ante los independentistas cubanos, la mayoría españoles o de origen español. Por falta de argumentos o de razones convincentes, la verdad no la supimos nunca.El asunto del Maine está hoy por aclarar. Weyler construyó gigantescos campos de concentración, a los rebeldes los fusilaba a golpe de cañón. Hacía gavillas de insurrectos atados por la cintura y les zumbaba un pepinazo. Fue destituido por ser extremadamente violento. Más tarde volvió a destacar por su represión desmedida en la Semana Trágica de Barcelona. Y como la historia suele repetirse, como sucedió con el general ferrolano, especialista en reprimir moros y machacar revueltas obreras en Asturias, que luego nos tiranizaría 40 años... Yo preferiría que estos aprendices de Cánovas y sucedáneos eligieran el camino del exilio. Creo que es la salida más digna. En Miami tienen diversas propiedades; allí, en ese paraíso de la impunidad, encontrarán personajes afines, pero que no hagan daño a nadie más. De no destaparse nada, hoy Luis Roldán sería ministro de Interior; Barrionuevo, candidato a la alcaldía de Madrid, etcétera, etcétera. Felipe González tenía, y presumo que tiene, gran confianza en ellos. Le son sumamente fieles, darían incluso su vida por él.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.