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CRISIS MONETARIA INTERNACIONAL

No va más

La peseta pasa un momento difícil, sometida a la fortaleza del marco y la inestabilidad política

Victoria Carvajal

La tregua que concedieron los especuladores al Sistema Monetario Europeo (SME) tras ampliar las bandas de fluctuación de sus monedas al 15% en agosto de 1993 apenas ha durado 19 meses. La peseta, que en ese periodo ha consumido más de un 12% de su margen de depreciación, vuelve a ser el blanco de los ataques del mercado. Los rumores sobre su salida del mecanismo de cambios europeo o su devaluación vuelven a estar a la orden del día. Es el resurgir de un mal sueño que recuerda las crisis de 1992 y 1993, cuando España se vio forzada a devaluar su moneda en tres ocasiones. Entonces, a diferencia de ahora, la peseta estaba sobrevalorada y la economía entraba en la peor recesión de los últimos 30 años.Hoy, tras una devaluación de casi un 40% con el marco, la economía crece a un ritmo cercano al 2% y se ha avanzado en la corrección de los desequilibrios estructurales que más preocupan al capital extranjero: el déficit y la inflación. En este contexto, José Luis Feíto, socio-director de AB Asesores, considera "una aberración" que la moneda española llegue a situarse en su límite de depreciación de 91,87 pesetas por marco. A pesar de que no le queda mucho para llegar a esta cotización -un porcentaje parecido al que ha perdido esta semana-, Feito cree que la probabilidad de que la peseta alcance su límite inferior es muy pequeña. A su juicio, para que la moneda española se situara al borde del SME deberían coincidir una mayor depreciación del dólar frente al marco, un deterioro de la incertidumbre política interior y la publicación, en un par de semanas, de un mal dato de inflación o de déficit público. "La clave para la peseta no va a estar en el lunes, sino en los próximos quince días, cuando se conozcan los datos de coyuntura de la economía" dice. "El propio mercado, cuando lleguemos a 90 pesetas por marco, corregirá la paridad".

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Pero otros expertos no son tan optimistas sobre la peseta. La gran mayoría opinan que un nuevo retroceso del dólar frente al marco situará a la moneda española al límite de su banda. La moneda estadounidense se ha depreciado un 7% frente a la alemana desde que estalló la crisis del peso mexicano el pasado 20 de diciembre. El marco, en medio de la incertidumbre cambiaría internacional, se ha convertido en la divisa refugio estrella. Esta ascensión imparable de la moneda alemana ha puesto, una vez más, en evidencia que Europa se divide en dos velocidades. Por un lado, Alemania, Holanda y Austria, cuyas divisas cotizan prácticamente a la par y, por otro, el resto de las monedas europeas, incluido el franco francés, cuyos países atraviesan problemas políticos o presupuestarios.

La vulnerabilidad de la peseta al tipo de cambio del dólar con el marco lo demuestra el hecho de que ésta ha seguido casi miméticamente la depreciación de la divisa estadounidense. Desde el pasado mes de diciembre ha perdido un 5,4% de su valor con respecto al marco. Las intervenciones del Banco de España en los mercados esta semana para comprar pesetas han impedido, probablemente, que el descalabro fuera mayor.

Enrique Sánchez del Villar, de Analistas Financieros, cree que de seguir cayendo el dólar, como todo parece indicar, hay "altas probabilidades" de que la peseta llegue a su límite. ¿Qué pasaría entonces? Las declaraciones del secretario de Estado de Economía, Alfredo Pastor, el pasado miércoles dieron alguna pista: "la salida, aun siendo negativa, no es catastrófica" lo que supone un cambio notable en la actitud de las autoridades; españolas que hasta ahora habían defendido la permanencia en el SME como única vía para. converger con Europa.

Si bien la salida no es deseable, pues deja a España en una situación complicada de cara a la presidencia de la Unión Europea en el segundo semestre de este año, "es preferible a elevar los tipos de interés y gastarse las reservas de divisas para defender el tipo de cambio" señala Sánchez del Villar. Ambas medidas demostraron ser inútiles en las anteriores crisis del Sistema. Y es que la voluntad de un mercado que mueve a diario cerca del billón de dólares (127 billones de pesetas) acaba imponiéndose.

Otra solución sería la devaluación de la peseta dentro de sus bandas, es decir establecer su paridad central (79,117) en torno a los niveles (88) que está fijando el mercado en la actualidad, alargando su recorrido de depreciación hasta más de 100 pesetas por marco. "Es poco probable" opina este analista, "después de ampliar la banda hasta el 15% y haberla consumido es complicado justificar una nueva devaluación".

Pero antes de optar por una de estas soluciones, queda la esperanza de que el Bundesbank acuda en ayuda de la peseta. Una declaración o una intervención generosa por parte del banco central alemán, opinan los analistas, sacaría del atolladero a la moneda española.

ste es uno de los grandes interrogantes del mercado.

En las crisis de 1992 y 1993 el Bundesbank sólo- acudió en ayuda del franco francés, tanto por el fuerte vínculo político que une a ambos países como por los fundamentos económicos de Francia entonces. Ahora, confían algunos, podría hacer lo mismo con la peseta ya que la salud de la economía española no justifica los ataques.

Una salud que podría, además, verse deteriorada si continúa bajando la peseta. Aunque un cambio más bajo de la moneda favorece la exportación, el motor de la recuperación económica española, el encarecimiento de las importaciones presiona sobre la inflación.

Esta presión, opina Fieto, obliga al Banco de España a adelantar la subida de los tipos de interés, ahora en el 8%, una medida que frenará le ritmo de crecimiento de la economía.

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