La volatilidad de los mercados aleja la moneda común
La espectacular apreciación del marco alemán frente a la mayoría de las monedas europeas ha puesto en evidencia que los Quince están lejos de alcanzar la estabilidad monetaria que se necesita para llegar a la moneda común, no ya en 1997, un objetivo descartado por la mayoría, sino incluso en 1999. ¿Es culpa de unos especuladores desalmados o de unos Gobiernos poco rigurosos? La balanza se inclina hacia los segundos."Los mercados tienen un efecto disciplinador innegable", opina Juan Pérez Campanero, economista-jefe de J. P. Morgan. "Es cierto que hay mucha volatilidad no deseable, pero no se puede negar el papel positivo que juega el flujo de capitales, que suplementa el ahorro nacional y compensa los problemas de liquidez de un país". Pérez-Campanero admite que hay ciertos jugadores muy especulativos que manipulan el mercado. Una manera de reducir su fuerza es "conseguir una situación más equilibrada de centros de poder". "El dinero", dice, "se mueve con un criterio muy anglosajón". Cree que la Unión Europea, precisamente, abre posibilidades en este sentido.
Efectos positivos
José Luis Feito, de AB Asesores, confía plenamente en el veredicto de los mercados: "No conozco un sólo caso donde una crisis monetaria no haya beneficiado al país", dice y recuerda que el propio Gobierno español ha reconocido los efectos positivos de la devaluación de la peseta en la economía. "En el caso de México, la limpieza democrática que estamos viendo se debe en buena medida a la crisis del peso".
Los ataques a divisas europeas se están concentrando, desde luego, en las divisas de países con problemas presupuestarios o con inestabilidad política. El franco, cae por el incierto resultado de las elecciones presidenciales francesas. La peseta, por los escándalos políticos que ahogan al Gobierno de Felipe González. La lira, por las dificultades del Gobierno de Lamberto Dini para reducir el déficit. Y la libra esterlina por la división del Partido Conservador en el poder sobre la cuestión europea.
Si bien la mayoría de los expertos consultados coinciden en señalar que esta inestabilidad preocupa de cara a la Unión Monetaria, casi nadie considera ya al mecanismo de cambios europeo como un instrumento imprescindible para la misma. "Los mercados ya daban por perdida la batalla del SME", dice Henrik Lumholdt, economista-jefe de Bank of America, "con unas bandas de fluctuación del 15%, ya nadie lo ve como algo esencial para la moneda común". "Lo importante es la voluntad de convergencia", señala otro experto. Alemania, cuya voluntad política para llegar a la Unión Monetaria es imprescindible, ha repetido en los últimos días que sólo esta convergencia en tipos de interés, inflación' déficit público y deuda, siguiendo "estrictamente" los criterios fijados en el Tratado de Maastricht, permitirá la estabilidad cambiaría necesaria para acceder a la moneda común.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.