Un hospital de Pontevedra padece el síndrome de edificio enfermo
El hospital de Montecelo de Pontevedra padece el síndrome del edificio enfermo, según se desprende de los resultados de un informe elaborado por un departamento de la Xunta de Galicia a requerimiento de la central Convergencia Intersindical Gallega (CIG). Las deficiencias en el aire acondicionado, tanto en temperatura como en humedad, no garantizan un grado de confortabilidad adecuado al personal sanitario, que se traduce en dolor de cabeza, mareos, náuseas, fatiga, piel seca, irritación ocular, congestión nasal y tos.La sala de calderas, situada debajo del edificio, utiliza como salida de gases la puerta que da a un pasillo, el cual termina en la escalera de subida al edificio, por lo que se aprecian los olores típicos de la combustión y del fuel-oil. El informe aconseja que la sala de calderas realice la recirculación del aire por otro sitio que no sea la referida puerta. Los olores extraños detectados en el hospital de Montecelo se perciben sobre todo en la consulta de reumatología, en la sala de esterilización, en el quirófano de urología y en la centralita de teléfonos, así como en las consultas externas, que carecen de ventilación natural.
El responsable del sindicato CIG en el área de Sanidad de Pontevedra, José Manuel Padín Millán, achaca las deficiencias en la ventilación del hospital a la antigüedad de las calderas del .centro, inaugurado en 1973. "Una vez que se realiza la combustión", asegura José Manuel Padín, "los gases salen por la puerta y no por las chinieneas". Según el sindicalista, los gases, sobre todo el monóxido de carbono, son los que enrarecen el aire.
Una portavoz del, Servicio Gallegp de Salud reconoció que la gerencia del centro -un hospital público con alrededor de 350 camas- conocía las deficiencias de la ventilación antes de que se emitiese el informe. La dirección del hospital tiene previsto acometer este año obras de reestructuración para solucionar los problemas ocasionados por la ventilación.
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