_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Discurso del disparate

ES DIFÍCIL no recurrir al humor negro cuando el disparate se apodera de la vida política. A algunos sólo les falta ya pedir el encarcelamiento de Belloch y su sustitución por Roldán. Poreso es especialmente importante separar los hechos de los ruidos en estas situaciones. Vayamos primero a los datos incontrovertidos que hoy tenemos. Son pocos, pero importantes: el antiguo director general de la Guarcia Civil está en la cárcel por orden judicial; el proceso abierto contra él sigue su curso; la juez no está sometida a ninguna limitación externa en la instrucción del sumario, una vez que el Ministerio de Justicia de Laos la negado la autoría del documento esgrimido por Roldán sobre una supuesta extradición adiministrativa. Al menos debe servir para acallar a cuantos hace sólo unas semanas aún vociferaban por la complicidad del Gobierno en su fuga, su nulo interés por la captura e incluso, los más temerarios, que nunca faltan, por haberlo hecho desaparecer del mundo de los vivos.Una vez sentado esto, tampoco el Gobierno puede obviar la cadena de torpezas, chapuzas insólitas y clamorosos errores políticos que han rodeado la última fase de la operación. Gran parte se podría haber evitado con una explicación clara de los hechos a la opinión pública, aunque ello hubiera podido impedir algunas de las fanfarrias que se hicieron sonar el primer día. Así se hubiera evitado al menos que lo que un día era brillante éxito policial se cargará de sospechas de pacto al siguiente, para llegar finalmente a un enredo de engaños en la última versión, aún no definitivamente esclarecida de los hechos. Pero incluso si el guionista de la farsa resultara ser el propio Roldán, como algunos creen, estaríamos ante el caso del burlador burlado, porque finalmente es él quien está donde debe: en la cárcel. Eso sí: de paso ha conseguido desprestigiar un poco más a algunas instituciones españolas.

Más información
Roldán puede ser juzgado por corrupción pese a las irregularidades en su captura

Lo que hoy parece estar claro es que el Ministerio del Interior español fue engañado e n alguna terminal laosiana y que el Gobierno de ese país no ha tenido que ver oficialmente con la entrega de Roldán, aunque es plausible que hayan existido complicidades en algún escalón gubernamental.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Esto plantea dos preguntas: ¿estamos ante una detención ilegal?, ¿anularía esto el proceso? Algunos representantes de la magistratura se han apresurado a meter más ruido en el ambiente apuntándose a la teoría de que estaría en peligro todo el proceso penal abierto contra Roldán. Por fortuna, la sensatez pareció instalarse ayer entre los jueces: aun si se tratara de una detención ilegal, no invalidaría las actuaciones judiciales, que hoy se cifran en un voluminoso sumario de 17 tomos.

Desde luego, el ministro del Interior está obligado a explicar en qué condiciones se produjo la detención de Roldán; quiénes eran los interlocutores reales laosianos que desde una terminal de fax decían representar al Ministerio del Interior de ese país; por qué no se estableció contacto diplomático directo con el Gobierno de Laos y se recogió al prófugo en Bangkok en lugar de hacerlo en Vientian. Los ciudadanos tienen derecho a conocer todos estos extremos, pero también. a saber que por- muchas irregularidades que haya habido en la. peripecia laosiana del ex director general de la Guardia Civil, sólo la juez Ana Ferrer puede determinar si le mantiene o no en prisión y de qué delitos le acusa.

Los errores políticos de estos días obtendrán, en todo caso, la sanción que los votantes quieran otorgarles. La oposición está en su derecho de pedir la dimisión del ministro Belloch, de Felipe González o de todo el Gobierno. Quizás cuando la demanda parece menos injustificada haya, perdido fuerza al ser ya letanía. En todo caso, y en lo que a Roldán respecta, está en la cárcel, será juzgado, y por todos los cargos de que se le acusa. Ya está bastante arraigado en nuestro país el discurso del disparate como para arrebatarle también a la aplicación de la justicia el sentido común.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_