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Estados Unidos considera "inadecuada" la reaccion de París

Antonio Caño

La Administración norteamericana calificó ayer de "inadecuadas" las informaciones que, con fuentes de las autoridades francesas, acusan a agentes de Estados Unidos de realizar acciones de espionaje en Francia. Un comunicado oficial emitido anoche no precisó, sin embargo, qué acciones tomará Washington como respuesta a la expulsión por parte del Gobierno francés de cinco supuestos espías norteamericanos. Este incidente coloca las relaciones entre Estados Unidos y Francia, siempre caracterizadas por un clima de desconfianza y sorda competencia por el protagonismo en el campo internacional, en su punto más delicado de las últimas décadas.La nota emitida por el Departamento de Estado norteamericano afirma que 9a forma en que Francia ha manejado este asunto es inconsistente con la manera en que los aliados han resuelto problemas de naturaleza delicada en el pasado". "No hay ninguna razón", añade, "para expulsar a ningún norteamericano ni, para que el Gobierno francés lo pida".

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El jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Leon Panetta, informó que los dos Gobiernos están manteniendo contactos privados para encontrar la mejor manera de resolver este incidente. Pero no se descarta que EE UU, que ya ha acusado de espionaje a Francia en el pasado sin tomar medidas, responda ahora con reciprocidad a la decisión del Gobierno francés, dando lugar a una insólita. guerra de espías entre dos aliados claves de Occidente.

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Estados Unidos está estudiando cuidadosamente una reacción oficial a un problema muy delicado por tratarse de dos países cuya colaboración es fundamental para la marcha de los acontecimientos en Bosnia, la ampliación de la OTAN y, en general, las relaciones comerciales y políticas entre Washington y la Unión Europea.

Francia y Estados Unidos han tenido serias diferencias sobre la política a aplicar en la antigua Yugoslavia y en relación con el comercio de productos culturales y de espectáculos en Europa. Esas diferencias se han dejado sentir en el Consejo de Seguridad de la ONU y en el GATT.

En 1993 el entonces director de la CIA denunció también un caso de espionaje francés en la industria de la aeronáutica. Pero entonces no se llegó a expulsar a funcionarios franceses. Tradicionalmente, entre aliados, cuando uno sospecha del otro por espionaje se sustituyen los agentes afectados de forma pactada y secreta. La decisión francesa de actuar ahora abiertamente contra la CIA -nada menos que al nivel de su jefe de estación en París- parece dejar a Estados Unidos en evidencia y obligado a reaccionar de alguna manera.

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