El presunto criminal de guerra Arkan se casa con la reina de la canción serbia
El presunto criminal de guerra serbio Zelko Raznjatovic, más conocido como comandante Arkan, se casó ayer en la localidad de Zitoradje con la reina de la canción popular serbia, Ceca, una celebridad entre los jóvenes serbios, envuelto en una explosión de fuego ceremonial a cargo de él personalmente y de su ejército privado, protagonistas de una sangrienta actividad guerrillera en Croacia y en Bosnia.
Arkan figura desde 1992 en las listas de criminales de guerra de Departamento de Estado norteamericano por su actuación en el conflicto de la antigua Yugoslavia, pero para muchos serbios es un héroe de guerra. Ceca es la expresión viva de la xenofobia serbia, por lo que la ceremonia matrimonial se ha convertido en la boda de la década en su país.La fama de los hombres del comandante Arkan, la brigada de tigres serbios, obedece a que cometieron las mayores atrocidades de guerra en Croacia y en Bosnia.
Ayer, en la boda, los tigres exhibieron sus armas, aunque sólo dispararon al aire. Con la precisión que les ha hecho famosos, los hombres de Arkan llegaron con su líder a la ciudad natal de la novia a las nueve en punto de la mañana atronando las calles a golpe de disparos. Pero en Zitoradje ayer sólo había hueco para la admiración y los buenos deseos hacia la célebre pareja. "Para nosotros él es un héroe", comentaba una joven que, como casi todos los vecinos de la localidad, se agolpaba en la estrecha calle donde se encuentra la casa de los padres de Ceca, la mayor y más engalanada de la localidad. "Estamos aquí para expresar nuestros mejores deseos de felicidad para toda la vida de Arkan y Ceca", dijo un hombre de mediana edad.
El ruido de las armas acompañó, en todo momento, la ceremonia. Siguiendo la tradición serbia, el novio intentó derribar, de un tiro una manzana. Necesitó seis disparos.
Dos horas después, salió acompañado de Ceca de casa de los padres de ésta. Las armas automáticas de los tigres serbios aclamaron su aparición. El novio había entrado vestido de guerrillero y salió con el uniforme de gala montenegrino de la I Guerra Mundial, completado con una cruz de oro en el pecho y su inseparable pistola. La pareja abandonó después Zitoradje rumbo a Belgrado con una inequívoca despedida del novio. Este volvió a disparar al sol.
[Mientras, el ministro ruso de Exteriores, Andrei Kózirev, concluyó ayer sus encuentros con el líder serbio, Slobodan Milosevic, y aseguró que las sanciones económicas deben, ser levantadas a Serbia. Kózirev y Milosevic dialogaron sobre el.plan del grupo de contacto (EE UU, Alemania, Francia, Reino Unido y Rusia) de levantar las sanciones si Belgrado reconoce las fronteras de Croacia y Bosnia.]
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.