La crisis de México arrastra al dólar y vuelve a desestabilizar los mercados financieros europeos
Las crecientes dudas sobre la materialización del paquete de ayuda a México anunciado por Bill Clinton el pasado 31 de enero y la suspensión anteayer del pago de su deuda en divisas de Sydek, uno de los grupos industriales mexicanos más importantes, han puesto de nuevo contra las cuerdas a los mercados mexicanos, ya debilitados por la crisis de Chiapas. El peso se ha depreciado un 8% (ayer cerró a 6,08 pesos por dólar en Nueva York) en lo que va de semana y la Bolsa abrio ayer con una caída del 3,47% que se sumaba al 6,4% que retrocedió la víspera. Al cierre, sin embargo, la bolsa de este país ganó un 0,78% gracias a la intervención gubernamental.El pánico se ha desatado de nuevo por el temor a que la ayuda internacional comprometida no sea suficiente y que, además, ésta tarde en materializarse. De una parte, Washington sigue negociando con México el aval del crédito de 20.000 millones de dólares, por lo que aún no se ha producido la tranferencia física del dinero a las arcas mexicanas.
Los grandes bancos centrales, a través del Banco Internacional de Pagos (BIP), aprobaron el martes pasado la ampliación a 10.000 millones de dólares de la ayuda al país latinoamericano. El presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, aseguró a la salida de la reunión que se había alcanzado "un acuerdo general", sin precisar las condiciones ni los plazos. Según un funcionario del BIP, citado por el Financial Times, el dinero permanece en las reservas de los bancos centrales -entre ellos, el Banco de España- y México puede contar con él para contabilizarlo como parte de sus reservas pero no podrá usarlo.
Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional ya ha puesto a disposición de México 7.800 millones de dólares, pero le falta negociar con los bancos centrales de los países en desarrollo los restantes 10.000 millones que formaban parte del paquete. Y, por último, la banca comercial internacional, liderada por JP Morgan y Citicorp, tampoco logra ponerse de acuerdo sobre el crédito de 3.000 millones.
Así las cosas, los inversores temen de nuevo que México tenga problemas de liquidez para hacer frente al pago del vencimiento de su abultada deuda a corto plazo -unos 30.000 millones de dólares en lo que queda de año-.
Tampoco creen que el Gobierno de Ernesto Zedillo, debilitado por la crisis de Chiapas, tenga el apoyo suficiente para aplicar las medidas de saneamiento que necesita la economía mexicana, entre ellas, lograr un pacto con los sindicatos que evite la entrada en una espiral inflacionista.
En medio de esta incertidumbre, la suspensión del pago de su deuda de 19,5 millones de dólares en certificados de depósito del grupo Sydek ha hecho temer una oleada de insolvencias en los bancos y las compañías más endeudadas en dólares.
Intervención coordinada
El resto de los mercados internacionales no quedaron al margen de las turbulencias mexicanas. La crisis del peso repercute negativamente en el dólar al ser México uno de los principales socios comerciales de EE UU. Esta vinculación le ha hecho perder su condición de valor refugio en tiempos de incertidumbre. La divisa estadounidense cayó ayer en Europa hasta 1,49 marcos, su nivel mínimo frente a la moneda alemana desde el inicio de la crisis mexicana el pasado 20 de diciembre. En Nueva York cerró a 1,48, frente a 1,50 en la víspera.Analistas consultados ayer creen que la moneda estadounidense puede seguir cayendo, presionada por la acumulación de órdenes de venta que los gestores de fondos dan a partir de unos niveles para evitar mayores pérdidas (llamadas stop-loss).
La depreciación de la divisa estadounidense se frenó cuando se intensificaron los rumores de una posible intervención coordinada de los bancos centrales de Estados Unidos y Europa paria ayudar al dólar. De nada sirvieron los recientes datos positivos sobre la economía estadounidense, que confirman su enfriamiento y alejan la necesidad de volver a subir los tipos de interés.
Unos datos que la víspera sí ayudaron a la Bolsa de Nueva York a rebasar la barrera de los 4.000 puntos por primera vez en su historia. Ayer, volvió a registrar otro máximo histórico -3.987,52- aunque durante toda la sesión dominó la tendencia bajista. Algunos analistas están sorprendidos de cómo el mercado está penalizando al dólar por la crisis mexicana puesto que entienden que por datos fundamentales la divisa estadounidense debería estar más apreciada.
Mientras, el marco alemán se ha convertido en el destino elegido por el capital que huye hacia la "calidad" y el resto de las monedas europeas, especialmente las de los países con mayores déficit públicos, se están resintiendo de esta subida.
La lira italiana cayó, por segundo día consecutivo, a mínimos históricos (1.076,8 liras por marco). La peseta aguantó mejor que otras monedas europeas, aunque perdió 42 céntimos frente al marco. La divisa francesa retrocedió de 3,4670 francos por marco a 3,4772 ayer. La libra pasó de 2,3587 a 2,3514 marcos.
Las Bolsas se contagiaron de la debilidad de sus divisas y no se beneficiaron de la subida de Nueva York el día anterior. Londres cayó un 0,76%, París un 1,44% y Francfort un 0,90%.
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