Walesa exige al Parlamento la dimisión del primer ministro polaco
"Espero el cambio del Gabinete lo antes posible", aseguro ayer el presidente polaco, Lech Walesa, al descartar tajantemente la posibilidad de continuar la colaboración con el primer ministro, Waldemar Pawlak. Walesa no tiene ninguna posibilidad legal de influir en la elección del primer ministro, por lo que amenazó a los portavoces parlamentarios de las dos Cámaras con la disolución del Legislativo si la coalición gubernamental de ex comunistas y Partido Campesino no presenta un nuevo candidato al cargo de jefe del Gobierno.Los parlamentarios polacos opinan que el presidente no tiene ningún motivo legal para la disolución de las Cámaras. Walesa, en cambio, sostiene que aquella es posible y que, "en cualquier caso", no hará "nada en contra de la ley y la Constitución".
El presidente aseguró que en ningún momento ha pensado forzar un cambio ilegal del Gobierno y poner a su frente al jefe del Estado Mayor del Ejército tal como ayer insinuaba uno de los principales diarios polacos.
La batalla entre el Parlamento y el presidente tuvo ayer como escenario la reunión de la mesa del Congreso. El encuentro de Walesa con los líderes de los principales partidos políticos fue televisado en directo.
Inoperancia
Durante la reunión, Walesa acusó al Gobierno de inoperancia total. "Es como si todo el tiempo hubiera luz amarilla en los semáforos. Las cosas no avanzan", afirmó el jefe del Estado polaco, y reclamó: "Por el bien de Polonia, les ruego que se vayan. Si ustedes no tienen otra mira que la de permanecer en el mismo sitio, yo tomaré las decisiones".
Waldemar Pawlak, jefe del Partido Campesino, que desde otoño de 1993 está al frente de un Gobierno de coalición con los ex comunistas, se negó a dimitir. Sólo ha sugerido que podría someterse a una moción de censura del Parlamento. Pawlak el número los éxitos de su Gabinete en política social y Walesa contestó con ironía que "el pueblo viviría mucho mejor si el Gobierno fuese más eficaz".
Con su ataque contra Pawlak, Walesa no sólo pretende destruir la imagen de este joven político, que podría hacerle frente en la campaña electoral para las presidenciales del próximo otoño. El objetivo directo de Walesa es obligar al líder de los ex comunistas, Aleksander Kwasniewski, a tomar las riendas del Gobierno. Así, Kwasniewski, otro gran rival de Walesa en la futura campaña presidencial, que ahora está fuera del Gabinete, tendría que mojarse en la difícil gestión económica del país.
Bajo la presión de Walesa, Kwasniewski dio ayer claras señales de que estaría dispuesto a asumir la jefatura del Gobierno. "Debemos hablar sobre los detalles", dijo. Walesa, mientras, en una conferencia de prensa, anuncio que, si no logra hacer cambiar la situación de forma legal, renunciará a finales de este mes a su reelección y se dedicará a crear un partido político.
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