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Pujol desoye la petición de Aznar de que abandone a González para acortar la "agonía" del Gobierno

La esperada cita entre José María Aznar y Jordi Pujol se produjo ayer en un restaurante de Madrid, después de una complicada negociación para encontrar un terreno neutral. Ambos líderes se mantuvieron en sus posiciones, por lo que el almuerzo no produjo ningún deshielo en sus relaciones. Aznar planteó a Pujol que, para eliminar los factores de "incertidumbre e inestabilidad en la vida política", es necesario que CiU deje de prolongar con su apoyo la "agonía" y el "deterioro" del Gobierno. Por el contrario, Pujol ratificó que respaldará a Felipe González al menos otro año e insistió en la necesidad de rebajar el clima de "hiperexcitación", política para no perjudicar la recuperación económica y la presidencia española de la UE

El presidente catalán afirmó en una conferencia de prensa en la sede de la Generalitat en Madrid: "Conviene garantizar la capacidad del Gobierno de actuar durante todo 1995. Este apoyo no tiene límites en el tiempo. Por lo tanto, puede prolongarse; pero es cierto que a principios de 1996 pueden haber cambiado determinadas circunstancias".Pujol expuso esta posición a Aznar y, a los líderes sindicales Antonio Gutiérrez (CC OO) y Cándido Méndez (UGT), y de la patronal CEOE, José María Cuevas, con los que se entrevistó durante su estancia en Madrid.

El interés por la entrevista entre el líder de la oposición y el presidente catalán, al que Aznar califica como el "verdadero presidente", engulló ayer informativamente a la dirección nacional del PP, convocada para perfilar la estrategia en el debate de la nación. Pujol expresó su sorpresa, e incluso malestar, por la excesiva expectación levantada por una cita "que debería ser considerada normal".

Aznar y Pujol intentaron por todos los medios proteger su encuentro de la atención periodística. Ambos políticos no se veían desde las elecciones generales de 1993, y, en este periodo, las relaciones entre sus respectivos partidos han pasado por sus peores momentos, fundamentalmente por la crítica del PP a la política lingüística de la Generalitat.

El encuentro, tras varios pintorescos intentos de despistar a la prensa, se produjo en el restaurante Jockey, propiedad del diputado popular Luis Eduardo Cortés. Pujol y Aznar consiguieron su objetivo de que no se les fotografiara juntos. Tras el almuerzo, Aznar definió su encuentro con Pujol como "una reunión agradable".

A su salida del restaurante, Pujol no abrió la boca, pero Aznar comentó: "Hemos insistido en los puntos de discrepancia y concordancia, que también los hay. Nunca me ha parecido razonable que las relaciones de Cataluña con el conjunto de España se produzcan dependiendo de la mayoría. Hay que darle contenido más estable, dentro naturalmente de visiones y posiciones distintas".

Fuentes del Gobierno catalán indicaron que Aznar se lamentó de que sus posiciones no son bien comprendidas en Cataluña. Esto se interpreta como una alusión al reciente encuentro del líder, del PP con empresarios en el Círculo de Economía de Barcelona, que se saldó con un fracaso.

Aznar afirmó que había comentado a Pujol que, "para eliminar factores de incertidumbre de la vida política y de inestabilidad, no es conveniente la prolongación artificial de una agonía y de un deterioro gubernamental como se está produciendo".

En la rueda dé prensa celebrada tras su entrevista con los dirigentes sindicales y de la patronal, Pujol también explicó que en el almuerzo con Aznar se habían producido coincidencias y discrepancias. Entre las discrepancias citó la moción de censura y la petición del PP de elecciones anticipadas este año. Según el líder nacionalista, de la moción de censura ni se habló en su encuentro con Aznar -"porque él ya sabe que estamos en contra". Un encuentro que se celebró en un "ambiente cordial", en palabras de Pujol.

El presidente catalán declaró que no sabía si Aznar abandonará o no su estrategia de reclamar elecciones anticipadas. "No se lo he pedido. Ni él ni yo pretendíamos arrancar nada del otro". Fuentes próximas a Pujol afirmaron que ambos acudieron a la entrevista "con el guión aprendido" y no lo variaron ni un ápice. La entrevista sirvió al menos para restablecer una relación personal inexistente en los últimos meses.

Por la tarde, Pujol recibió en la sede madrileña de la Generalitat a Gutiérrez, Méndez y Cuevas, quienes le entregaron su llamamiento a favor de una salida de la crisis política. Pujol admitió que sindicatos y patronal le habían expresado la necesidad de que del debate del estado de la nación salga un calendario político y electoral claro y preciso. Una propuesta que, recordó Pujol, no aparece en el documento conjunto. "Yo he tomado nota, simplemente".

Los interlocutores sociales señalaron al término de la entrevista que la estabilidad política que ofrecen el PSOE y sus socios de CiU no se corresponde con las soluciones que ellos demandan, porque la actual mayoría parlamentaria no ha evitado la situación actual de crisis. Sindicatos y patronal advirtieron que no tolerarán que ninguna fuerza política instrumentalice su llamamiento a favor de la estabilidad.

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