Niño de la Capea se despidió apoteósicamente
México Niño de la Capea se despidió apoteósicamente cortando el rabo número 105 en la historia de la Monumental. La tarde tuvo viento, lluvia y frío pero el cariño y el aplauso de 45.000 espectadores le dio calor al ambiente desde que Niño de la Capea pisó el redondel para iniciar el paseíllo.Al soso andarín que abrió el inolvidable, festejo Niño de la Capea lo saludó con quietos y armoniosos lances. Con la pañosa derrochó voluntad a pesar de los calamocheos del ejemplar y del aire que soplaba. Como el tercero era un marmolillo que tiraba tornillazos, el espada hizo gala de recursos bregándolo con el capote y lidiándolo con sapiencia. Pero lo apoteósico llegó con el fiero y poderoso quinto, de nombre Piropo, al que el maestro de Salamanca le instrumentó te merarias chicuelinas, que emocionaron a la concurrencia. En un espectáculo poco visto, el res petable se puso de pie y aplaudió con frenesí cuando el artista se dirigió al platillo y les brindó su último toro en México. Al compás de Las Golondrinas (música que se toca en todas las despedidas), cuajó una meritoria faena, pues, aunque el burel tenía claridad por el derecho, era de viaje corto por el izquierdo. Con valor y mucho sentimiento creó emoción y arte en estrujantes pases que perdurarán en el recuerdo de la afición por el pundonor y la entrega con que los ejecutó. Cuando con verdad realizó la suerte suprema y dejó el acero hasta los gavilanes, estalló la lo cura en los tendidos. El único matador español que ha cortado tres rabos y ha indultado un toro en esta plaza se despidió como figura, llevándose la admiración y el respeto de la afición mexicana que le llama "Paisano".
Garfias / Niño de la Capea, Mejía
Toros de José Garfias presentables, descompuestos y peligrosos, excepto 5º. Niño de la Capea: estocada baja (silencio); tres pinchazos y descabello (silencio); estocada (dos orejas y rabo y dos vueltas). Manolo Mejía: estocada desprendida (petición y salida al tercio); pinchazo hondo y estocada delantera (silencio); pinchazo y estocada caída (palmas).Monumental Plaza México, 5 de febrero. Lleno de "no hay billetes".
Chicuelinas antiguas
Con el segundo de la tarde Manolo Mejía se adornó en un quite de chicuelinas antiguas. Con el trapo rojo enseñó que conoce los terrenos de los toros. Llevó al reservón a la querencia de toriles y ahí le obligó a que embistiera humillando. Su trasteo fue con temple y mando. El cuarto terminó aplomado y sólo a base de aguantarlo y de cruzarse logró Mejía que acometiera.
Al pronto que cerró plaza, el diestro de Tacuba lo recibió de hinojos frente a toriles con Valiente larga cambiada. De pie repitió la torera suerte y se lució en banderillas. Con la sarga dio la distancia al distraído morlaco, lo que le permitió acoplarse a su ritmo y embarcarlo por naturales.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.