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CiU ciñe a 1995 su compromiso de seguir sosteniendo al Gobierno socialista

Los nacionalistas catalanes están dispuestos a seguir proporcionando oxígeno al Gobierno de González durante 1995 y lo dejarán claro en el debate sobre el es tado de la nación, con la votación de una o varias resoluciones pactadas entre CiU y el PSOE. Unas resoluciones que fijarán las prioridades de gobierno para tirar adelante durante este año. Un apoyo "rotundo", prometió Pujol el martes en Bruselas. "Al menos hasta febrero de 1996", matizó el viernes en Barcelona. Esta importante matización deja en el aire la posibilidad de agotar la legislatura y cuadra con el calendario diseñado por el líder nacionalista para los próximos 14 meses que en los últimos días había trascendido a la prensa: comicios, autonómicos adelantados a noviembre o diciembre de 1995 para no coincidir con unas elecciones generales que se celebrarían en abril de 1996. Nunca en 1995, ni aunque Rafael Vera ingrese en prisión por el caso GAL, repiten en CiU.

Lo que empezó siendo una predicción o un rumor se ha convertido en una evidencia a medida que Pujol ha ido confirmando sus intenciones, implícitamente y con cuentagotas. "Hechos ajeno, y externos a Cataluña" podrían provocar que las elecciones catalanas de marzo o abril de 1996 se adelanten cuatro o cinco meses afirmó el presidente catalán en el discurso de bienvenida a dos nuevos consejeros de su Gobierno. Sin que mediara pregunta alguna.

Apoyo improrrogable

Los nacionalistas desearían prolongar una situación que les resulta muy favorable: Gobierno minoritario que precisa de sus votos para gobernar, sin verse obligados por ello a hacer concesiones en Barcelona. Que les permite imponer sus puntos de vista en política socioeconómica y obtener ventajas para las autonomías en general, y para la catalana en particular. Pero no creen que un Gobierno que manifiesta síntomas de estar grogui pueda mantenerse en pie hasta el final de la legislatura sin destrozar al partido que lo sustenta y sin arrastrar tras de sí a sus aliados, favoreciendo al mismo tiempo una temida victoria por mayoría absoluta del PP. Pujol ha dirigido últimamente palabras amables al PP, con el que deberá entenderse de algunas forma en, un próximo futuro. "Nos gustaría tener una buena relación con el PP; es muy importante que sea un partido sólido y bien constituido, capaz de ser alternativa", declaró.

El apoyo a la gobernabilidad durará hasta que termine la presidencia europea de España y se aprueben los presupuestos para 1996. De hoy a entonces los objetivos ya son conocidos: profundización de las reformas económicas y sociales, completar los traspasos pendientes, adecuación de la Administración del Estado a la realidad autonómica y rectificación de leyes centralistas.

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