Un relator de la ONU sobre derechos humanos dimite tras criticar a Israel
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU ha recibido una bofetada. El relator especial que investiga las violaciones de las libertades fundamentales en los territorios ocupados por Israel, el suizo René Felber, no quiere que su informe, en el que denuncia los atropellos a la población palestina, sirva para "tranquilizar conciencias". Con un contundente "no quiero continuar en estas condiciones" presentó ayer su dimisión. Felber es partidario de una solución política al problema.
En un lenguaje poco habitual en el sistema de la ONU, este antiguo ministro de Asuntos Exteriores helvético espeta a los hasta ahora sus colegas a que "por una vez dejen de imaginar que la ocupación militar de un territorio por un Ejército extranjero sea compatible con el respeto a los derechos humanos, tal como se conciben en la actualidad y tal como han sido definidos".Felber no pretende renunciar a las denuncias de las violaciones de los derechos humanos, pero «si la solución es otra que la denuncia, sepamos cambiar de método". Y el cambio de método significa que se agilice el proceso político de paz iniciado el pasado año. "Sólo los Estados, a través de sus relaciones bilaterales o multilaterales pueden influir en el Gobierno israelí o en las negociaciones del proceso de paz", subraya.
Estas afirmaciones son, si cabe, más punzantes, ya que Felber ha sido la primera persona relacionada con la Comisión de Derechos Humanos a quien las autoridades israelíes, sin duda gracias a su bagaje político, han permitido entrar a investigar en parte de los territorios ocupados.
Mientras, la tensa situación política que se vive en la zona recibió el jueves un balón de oxígeno en El Cairo. El primer ministro israelí, Isaac Rabin, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, acordaron reimpulsar el proceso de paz en Oriente Próximo, con el respaldo de los otros dos participantes en la reunión: el rey Hussein de Jordania y el presidente egipcio, Hosni Mubarak.
Tanto Rabin como su ministro de Asuntos Exteriores, Simon Peres, manifestaron a su regreso de la capital egipcia que en la cumbre no renunciaron a nada. "Lo más importante, sin desmerecer sus resoluciones, ha sido la creación del primer bloque árabe-israelí por la paz", declaró Rabin. Para ambos fue una victoria de sus posiciones la condena explícita de "el terror y la violencia" por parte de todos los participantes.
Los radicales palestinos, opuestos al diálogo entre Rabin y Arafat, condenaron ayer sin paliativos los acuerdos de El Cairo y amenazaron con lanzar nuevos ataques sangrientos contra Israel.
Abu Mohamed Mustafá, representante de Hamás, movimiento islámico de la resistencia palestina, señaló que la intención de la cumbre había sido presionar al jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, para que lanzara una batalla definitiva contra los grupos palestinos de oposición.
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