_
_
_
_

Felipe González vuelve a considerar la opción de pedir la confianza de las Cortes

Anabel Díez

Felipe González no ha dado por zanjada la forma en la que dará respuesta política a las turbulencias que vive el país, sobre todo desde la reapertura del caso GAL. El secretario general del PSOE reúne hoy a su ejecutiva federal, una cita de la que saldrá la fecha para realizar el debate del estado de la nación y en la que de nuevo se dará vueltas a la posibilidad de que el jefe del Ejecutivo se someta a la cuestión de confianza en el Congreso. Esta. alternativa requeriría una consulta al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, sin cuyo apoyo González no obtendría la confianza del Congreso.

El presidente del Gobierno ha vuelto a mover las cartas que tiene en su mano desde la mitad de la pasada semana. Cuando sus ministros se esfuerzan, en declaraciones públicas y privadas, en rechazar la cuestión de confianza en estos momentos, el presidente vuelve sobre sus pasos y tiene en cuenta las opiniones minoritarias de los dirigentes de su partido que consideran conveniente que González acuda a las Cortes con un programa de gobierno para todo el año y se someta a la cuestión de confianza.Esta iniciativa requiere la conformidad del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, quien no la ve con buenos ojos para los momentos actuales. El líder nacionalista catalán argumenta que su apoyo al Ejecutivo se manifiesta a diario con los votos de CiU para cada proyecto gubernamental. Eso sí, Pujol cree que el debate del estado de la nación debe celebrarse lo antes posible.

Sólo hace 15 días que González debatió con un reducido número de miembros de la ejecutiva, entre ellos varios ministros, qué hacer en esta situación. La voz del presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, fue la más clara al solicitar que presente la cuestión de confianza. Otros asistentes a la reunión se opusieron, ya que no veían las ventajas de una medida de este tipo cuando, al día siguiente, la marcha judicial del caso GAL puede dar otra sorpresa, con lo que otra vez se estaría ante la pregunta de qué va a hacer el Gobierno.

En esa reunión, aunque no se tomó una decisión firme, cundió la posibilidad de dejar la cuestión de confianza y una eventual remodelación del Gobierno para después de las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo.

Otra de las situaciones que antes se daba por descontada también está ahora en cuestión. Se trata de la presentación del ministro para las Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, como candidato a la presidencia del Gobierno de Canarias en las elecciones de mayo. Según fuentes gubernamentales, Saavedra no está interesado en absoluto en dejar el Gobierno central para competir por la presidencia de su comunidad.

Saavedra prefiere continuar El ministro hizo una brevísima referencia a su situación el pasado fin de semana en Salamanca, donde participó en unas jornadas organizadas por los socialistas de Castilla y León sobre política municipal y autonómica. "No he tomado ninguna decisión; es una posibilidad que tiene uno, pero todavía tengo tiempo para decidir hasta el último día de abril", dijo Saavedra, aludiendo a la fecha límite para la presentación oficial de candidaturas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Los socialistas partidarios de la cuestión de confianza lo son porque consideran que sería una fórmula elocuente y rotunda para demostrar ante los ciudadanos que el Gobierno tiene proyectos y apoyos explícitos para seguir adelante cuando sólo ha transcurrido año y medio desde que se celebraron las últimas elecciones.

Sólo unas pocas voces se han dejado oír públicamente, como las del candidato a la alcaldía de Madrid, Juan Barranco, o los representantes de la corriente Izquierda Socialista. En privado ha habido otras, como la de Bono, que habló delante de González.

El pasado fin de semana, el alcalde de Valladolid, Tomás Rodríguez Bolaños, declaró a Europa Press. "Hay que hacer todo lo posible para que se presente la cuestión de confianza, eso daría más estabilidad al Gobierno". El alcalde vallisoletano pidió a González que esté más en la calle. "En el clima en el que estamos es bueno que el presidente baje a la arena, que conecte con los ciudadanos, que dé explicaciones".

Ni Rodríguez Bolaños ni otros dirigentes de Castilla y León pudieron ocultar el pasado viernes su decepción cuando se les avisó desde La Moncloa que el presidente no acudiría a su cita en Salamanca porque estaba aquejado de una fuerte gripe.

El Gobierno prepara un programa que ocupe 1995

Todos los ministros trabajan en un programa con proyectos para desarrollar a corto y medio plazo. Su listado se refundirá en un solo bloque de propuestas que el presidente del Gobierno, Felipe González, presentará en el Congreso.Este trabajo sirve tanto para el debate del estado de la nación como para una hipotética presentación de la cuestión de confianza. El jefe del Ejecutivo parece tener decidido seguir adelante todo el año 1995 y presentar en septiembre de este año los Presupuestos Generales del Estado para 1996, informan fuentes gubernamentales. Aunque estos interlocutores siempren insisten en introducir una cautela: "Si es que no pasa algo imprevisible".

A partir de ahí, es decir, el otoño de 1995, ningún miembro del Gobierno se atreve a hacer previsiones, aunque siempre se cita al presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y sus propias elecciones autonómicas como clave última. Dichas elecciones deberían celebrarse en marzo de 1996, si bien el presidente catalán tiene potestad estatutaria para adelantarlas.

En todo caso Pujol consideraría gravísimo que González decidiera celebrar las elecciones legislativas antes de las autonómicas de Cataluña. Según fuentes gubernamentales, CiU quiere celebrar sus elecciones presentándose como el soporte del Gobierno central y esgrimirlo ante su electorado como muestra indiscutible de la importancia de los nacionalistas catalanes en los destinos de toda España, según las mismas fuentes.

Esta situación es absolutamente aceptada por los socialistas. en cuyas filas resulta una ardua tarea buscar a alquien que critique a Pujol o propugne el cambio de alianzas. Atrás quedaron las voces que pedían un esfuerzo para entenderse con Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida. Otra cosa será después de las elecciones municipales y autonómicas. Precisamente, el protagonismo de Convergencia i Unió y la buena situación política de la que goza en su comunidad es la que hace pensar a algunos dirigentes socialistas que no sería pedir demasiado el hecho de que acepte la cuestión de confianza presentada por González y que la vote.

Esta es la cuestión que queda por determinar en estos momentos, dado que Pujol ha dejado este asunto, apartado hasta el mes de junio, después de las elecciones de mayo. Pero esa era la tesis de hace 10 días, lo que se considera un periodo de tiempo muy largo dada la rapidez de los acontecimientos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_