Espada, Ferlosio y la inmersión

"Señor Felipe González, ¿organizó usted el GAL?". "Esta pregunta", argumenta Arcadi Espada, "sólo tiene una respuesta posible, y las preguntas de este tipo no son, en puridad, preguntas". "Tiene razón Espada", glosa Sánchez Ferlosio, "pero no siempre hay que despreciar los simulacros. Si yo fuese un demócrata, en modo alguno tendría por ociosa esta comedia, sino por muy oportuna y hasta edificante".Los argumentos que utilizan los apóstoles de la inmersión", escribe en carta al director María Emilia Rodríguez Hidalgo, "no me convencen [se intenta convertir el catalán en lengua única, lo cual no responde a la realidad bilingüe de Cataluña]. El pretender imponer una de las dos lenguas se me antoja un atropello. La lengua está al servicio de las personas, y no al revés".

Al revés según parece que Sánchez Ferlosio, yo sí soy un demócrata. No porque crea que la democracia es en sí misma buena -la democracia, es decir, la voluntad de la mayoría, puede legalizar el peor de los crímenes, que es la pena de muerte, véase Estados Unidos-, sino porque ya se ha visto que los otros sistemas son peores aún.

Por eso, porque soy un miserable demócrata, pienso que es bueno que cartas como la de Rodríguez Hidalgo -que califica (te "limpieza lingüística" la inmersión escolar forzosa en una (le las dos lenguas del país que perpetra el pujolismo omnipotente puedan publicarse. Tan bueno como que Gabilondo pueda la preguntarle a González si él es la X del GAL. E igualmente ornamental. Unos seguirán tapándose las orejas para no oír el gluglú de los inmergidos, los otros volverán a taparse la nariz para no percibir el hedor de las cloacas donde moran quienes mataron y quienes mandaron matar. Este es el trato entre tratantes. O el pacto entre caballeros. Esto es lo) que hay-