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Dini se compromete a dimitir una vez que complete su programa de gobierno

Lamberto Dini presentará la dimisión tanto si realiza su programa de sólo cuatro puntos como si "se hiciese evidente" la imposibilidad de llevarlo a cabo. Ambas cosas deberán verificarse "muy rápidamen", prometió ayer el nuevo primer ministro italiano, al término de un discurso de investidura que, sin embargo, incluyó suficiente cantidad de referencias a todo tipo de objetivos como para agotar un mandato a medio plazo.

Silvio Berlusconi, que exige la celebración de elecciones generales a corto plazo, valoró negativamente la intervención de Dini. "Estamos confusos", afirmó el líder de Forza Italia. "La primera parte programática [del discurso] no se realizaría ni en dos años", opinó el anterior jefe de Gobierno tras escuchar el discurso programático de su sucesor al frente del Ejecutivo.La abstención, que permitiría la investidura del nuevo primer ministro con los votos de la Liga Norte, el Partido Popular Italiano (PPI, ex democristianos) y el Partido Democrático de la Izquierda (PDS), es la opción que adoptará la coalición Forza Italia, según confirmó anoche Giuliano Ferrara, quien fue portavoz del Gobierno dé Berlusconi, tras participar en una reunión en su residencia de Roma. También su aliado Gianfranco Fini, el líder de Alianza Nacional (AN), descartó un voto de apoyo y adelantó que podría resultar razonable abstenerse.

Dini se extendió durante casi una hora en una amplia exposición de objetivos programátibos, que incluían la vuelta de la lira al Sistema Monetario Europeo (SME), la reforma federal del Estado y la reforma de la Administración Pública, y pasaban por cuestiones tan puntuales como la financiación mixta de las obras públicas o el futuro del plan de privatizaciones. Esto va mucho más lejos de los cuatro objetivos o temas básicos de su mandato: introducir nuevas medidas de austeridad que faciliten a las arcas públicas un ahorro de unas 150.000 millones de liras (unos 12.000 millones de pesetas) adicional a lo presupuestado para este año; reformar el sistema italiano de jubilaciones; reformar el sistema por el que se rigen las elecciones regionales e introducir un sistema de control sobre el uso de los canales de televisión durante la campaña electoral que garantice la paridad de acceso a todos los partidos.

Dini afirmó que estos dos últimos puntos se realizarán "antes de finales de febrero", mientras que los otros dos serán llevados a cabo "en plazos muy breves". Y explicó su amplio discurso sobre otros objetivos porque el nuevo Gabinete tendrá que garantizar, en cualquier caso, "la necesaria continuación de la actividad" gubernativa mientras dure.

Pero, por un lado, Dini introdujo valoraciones propias, poco acordes con las habituales de Berlusconi cuando era primer ministro, en la exposición de algunos de estos puntos, y, por otro , justificó la necesidad y la legitimidad de su Gobierno con argumentos enfrentados a los del líder de Forza Italia, que exige que se vuelva a votar porque, en su opinión el Parlamento ha dejado de ser representativo.

Circunstancias excepcionales

"Soy también consciente de que la soberanía popular, sin cuyo consenso ningún Gobierno democrático puede operar, se expresa a través de quien la interpreta en el Parlamento, por libre decisión de los electores. Por ello, cuando os pide la confianza, este Gobierno sabe que se dirige al pueblo italiano, que vosotros representáis", dijo Dini, tras reconocer que "sólo circunstancias excepcionales" justifican, un Gobierno de tecnócratas, como es el suyo.

"En un sistema liberal, el mercado financiero constituye el lugar en el que se forman las opiniones de los ahorradores: es un voto que se expresa cotidianamente", recordó, al aludir a las pérdidas que la lira ha registrado durante la larga crisis que llevó la caída de Berlusconi.

Este Gabinete de emergencia, añadió, nace para devolver la confianza a los mercados, si n la cual "se bloquea" el proceso de cambio del sistema político, y para "enfriar y superar estados febriles y de emotividad perjudiciales para el nivel de civilización política alcanzado".

La oposición a Berlusconi acogió el discurso del nuevo primer ministro favorablemente, con la excepción del líder de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, quien afirmó que lo escuchado ayer en el pleno de la Cámara de Diputados contribuía a confirmar el voto contrario a la investidura, ya decidido por su partido.

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