Arafat logra una promesa israelí de frenar los asentamientos de judíos en Cisjordania

El dirigente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, y el primer ministro israelí, Isaac Rabin, lograron ayer una vez más evitar lo peor: la ruptura de las negociaciones de paz. Ambos se reunieron durante dos horas en el puesto fronterizo de Erez, en un clima de gran tensión debido al incremento de asentamientos judíos en la CisJordania ocupada. No hubo progresos notables, pero lograron al menos evitar nuevos obstáculos en el difícil camino de la paz. En la agenda del encuentro, además de los asentamientos' abordaron los temas de la excarcelación de presos palestinos y problemas económicos.

Varios dirigentes palestinos advirtieron antes de la cita de Erez que las negociaciones bilaterales deberían ser inmediatamente suspendidas si Arafat no arrancaba de Rabin un firme compromiso dé poner fin a la confiscación de tierras palestinas para alojar a colonos judíos.

Rabin aseguró ayer a Arafat que el Gobierno israelí sigue fiel a la decisión tomada en 1992, semanas después de la victoria electoral de los laboristas, según la cual toda construcción pública, financiada por el Gobierno, sería frenada en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, salvo por necesidades de seguridad. El primer ministro afirmó también que las tierras confiscadas recientemente lo fueron únicamente para construir cuatro carreteras en Cisjordania.

El Presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) confesó posteriormente en una conferencia de prensa haberse quedado "medio satisfecho" con las explicaciones dadas por el primer ministro israelí.

Las garantías dadas ayer por el primer ministro israelí sobre la detención de la expansión de asentamientos se contradicen, no obstante, con la realidad sobre el terreno. Para empezar, está previsto que 10.000 viviendas cuya construcción se comenzó durante la época del anterior Gobierno de Isaac Shamir sean terminadas por el actual Gobierno.