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Peligro para la recuperación

Empresarios y banqueros creen que los escándalos pueden frenar la reactivación y no ven claro que el adelanto de elecciones aporte estabilidad

El mundo de la economía real y financiera entiende mayoritariamente que la reciente concatenación, dé escándalos, políticos y económicos puede obstaculizar o impedir la recuperación; pero no tiene claro que las elecciones anticipadas sean la solución correcta y total para los problemas de estabilidad en los mercados y en las inversiones reales. Además, defiende la permanencia de la peseta en el SME y critican con moderada acritud el paquete de medidas de ajuste propuesto por Pedro Solbes. Curiosamente, existe una cierta unanimidad en atribuir un año excelente a la Bolsa... si los escándalos políticos. lo permiten.EL PAÍS ha planteado seis preguntas a los principales bancos, empresas e instituciones. De las respuestas de quienes no han tenido reparo en contestar se deduce más serenidad y capacidad, de análisis de la que habituálmente se transmite a la opinión pública.1. ¿Cree usted que los recientes escándalos políticos y la crisis monetaria perjudicarán o impedirán la recuperación de la economía española?

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La respuesta mayoritaria es que sí. Las cámaras de comercio afirman que la incertidumbre puede trasladarse a la economía real. Los matices están en la e tensión del daño. Fernando Casado, del Instituto de Empresa Familiar, considera que "cualquier inestabilidad que añada incertidumbre frena las decisiones de inversión, aunque la fuerza que determina el ciclo pueda superar estas incertidumbres". Javier Valls, copresidente del Banco Popular, apela a la mano invisible: "Tengo gran fe en las fuerzas del mercado. Entiendo que será la capacidad real de recuperación de la economía española la que determine su trayectoria futura".

Víctor Mendoza, del Instituto de Estudios Económicos, defiende que se mantendrá el crecimiento, "si bien éste se adelgazará como consecuencia de los efectos negativos de la subida de los tipos de interés y de la caída de la peseta". La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) generaliza ("Todo lo que cree inestabilidad y provoque incertidumbre y desconfianza en inversores, empresarios, trabajadores y ciudadanos en general perjudica la recuperación") igual que Ángel Luis Linares, presidente de Coopers & Lybrand, quien afirma que la actual situación de inestabilidad política "provoca en los inversores, especialmente en los extranjeros, una sensación de incertidumbre que invita a la consideración de mercados alternativos". José Juan Ruiz, director de Estudios de Argentaria, responde con didactismo y precisión: "La intensidad de la respuesta de la economía depende de dos parámetros, la cuantía del shock y la duración del mismo. Si la actual situación se prolongase durante buena parte del semestre, inevitablemente la recuperación se resentiría. El PIB de 1995 crecería en la banda del 2,5-3%, en lugar del intervalo del 3-3,5% y las perspectivas para 1996 serían de una banda entre el 2% y el 2,5%".

Luis Ángel Lerena, director del servicio de estudios del Banco Bilbao Vizcaya (BBV) es el pesimista más radical: "Si la desconfianza de los mercados se mantiene durante algún tiempo, la recuperación resultará, sin duda, perjudicada. Es urgente encontrar una solución que devuelva la confianza cuanto antes. Y Carlos Solchaga, ex ministro de Economía y Hacienda, en la otra zona del espectro: "Los fenómenos reales propios del ciclo económico tienen bastante más influencia que la inestabilidad política o cambiaria'.

2. ¿Considera usted que la. convocatoria; de elecciones es la solución adecuada en estos momentos?

Javier Valls se muestra escéptico: "Es imposible asegurar que la convocatoria anticipada de elecciones, o cualquier otra medida específica, sea una solución eficaz y plena". En línea similar, Juan Llorens, presidente de Seat, entiende que "es poco práctico entrar en polémicas sobre si la anticipación de las elecciones generales sería beneficiosa o perjudicial para la economía española. Para mí, como empresario, lo importante es que hagamos todo lo posible para proteger la economía productiva del país". La CEOE elude el asunto porque "no somos los empresarios quienes debemos prejuzgar cuál es la solución política" ; Ángel Luis Linares se limita a explicar que el panorama político debe clarificarse "vía reforzamiento del actual statu quo, elecciones anticipadas, moción de confianza o moción, de censura".

Víctor Mendoza asegura que la solución puede estar "en cualquiera de las fórmulas constitucionalmente viables [las mencionadas por Linares] siempre que permita formar un gobierno estable a medio plazo". Fernando Casado ofrece una negativa elíptica -"Ahora más que nunca hay que dar prioridad a fortalecer la economía productiva, compensando con un marco de referencia estable y riguroso los incondicionales políticos"- y Carlos Solchaga niega la virtualidad del anticipo electoral, con el apoyo de empresas y sindicatos: "La mayoría de los empresarios y sindicatos parecen creer que, más que reforzar la recuperación, unas elecciones anticipadas podrían perturbarla".

Pedro Durán Farrell, presidente de Gas Natural, también se inclina por el pragmatismo: "La crisis política debe resolverse con los mecanismos legislativos previstos en la Constitución. No cabe duda de que el actual Gobierno cuenta con el apoyo parlamentario de la mayoría". Jorge Hay, del Banco Central Hispano, asegura que adelantar elecciones tiene ventajas e inconvenientes y que lo importante es "dar una solución enérgica a los problemas económicos".

.3. ¿Qué soluciones diferentes plantearía usted? Carlos Solchaga es muy preciso: "El país vería con gran alivio una aproximación entre los partidos políticos que asegurara una tregua política entre ellos hasta el fi nal de la presidencia de la UE". Fernando Casado precisa con mayor rotundidad su elipsis anterior: "No es bueno que el país se habitúe a convocatorias electorales cada año y medio (...) pero lo importante son los apoyos parla mentarios para poder gobernar con estabilidad".

4. ¿Qué opinión le merece el paquete de medidas de ajuste planteado por el ministro de Economía?

Las opiniones próximas al mundo empresarial son muy críticas. Víctor Mendoza asegura que es "un conjunto de buenos propósitos carente de toda concreción, con la única excepción del recorte presupuestario que, por lo demás, pone de relieve la falta de austeridad de los presupuestos aprobados hace unos días". CEOE dice que es "un paquete incompleto, tardío y genérico en el planteamiento de medidas". Luis Lerena matiza que "lo más efectivo es el intento de reducir el déficit público pero considera que "es una lástima que se haya perdido tanto tiempo". Ángel Luis Linares atribuye a las medidas de Solbés "un valor gestual; el gobierno manifiesta con ellas que considera entre sus responsabilidades prioritarias el control de la inflación y del déficit público, las búsqueda de soluciones a los problemas de competitividad y la reorientación de la política industrial". Pedro BaIlvé, presidente de la empresa alimentaria Campofrío, también valora positivamente la intención: "Las medidas que se dirijan a recortar los gastos, el déficit público, la inflación, la fiscalidad siempre son bien recibidas porque van contra los problemas endémicos de nuestra economía. El ciclo económico reactivador que ahora comenzamos con retraso respecto a los países de nuestro entorno será más corto y menos espectacular que el anterior". Solchaga defiende los aspectos fiscales y, en cuanto a las reformas estructurales, estima que mientras no se conozca su plasmación definitva, no es posible juzgar todas sus consecuencias". Jorge Hay también considera que las medidas van "en dirección correcta".

5. ¿Dónde debería situarse el índice de Bolsa teniendo en cuenta la evolución de la econonda? "Si sólo tuviéramos en cuenta la evolución de la economía española y sus perspectivas para 1995, el Indice de Bolsa debería subir durante 1995 no menos del 25%", arriesga Carlos Solchaga. Algunos tienen esperanzas, como Javier Valls, quien afirma que "es de esperar que mejores perspectivas en todos los frentes, la impulsen positivamente"; otros calculan, como José Juan Ruiz, que "la recuperación de la economía real y el horizonte de tipos de interés previsto -a largo plazo convergiendo al 10,5% y cortos entre el 9 y el 9,5%- debería situar el índice en torno al 350. Si ese escenario empeorase sostenida y sustancialmente, la bolsa se situaría en'e1 300"; Lerena también arriesga ("no parece excesivo suponer que si la situación política permite que coticen las expectativas de recuperación de las empresas, las alzas en el índice podrían superar en poco tiempo los 40 o 50 puntos; y Hay promete descubrimientos ("A precios actuales, hay muchas gangas en la Bolsa."). Optimismo financiero generalizado.

La peseta debe seguir en el SME

Nadie lo duda. La respuesta sobre la permanencia de la peseta en el Sistema Monetario Europeo es unánime. Hay matizaciones en el grado de adhesión o en las razones para considerar que la peseta debe seguir unida al SME, pero nadie cuestiona la mayor."Creo, que la peseta debe seguir dentro del SME. El momento de salirse ya pasó como cuando lo hizo la lira por ejemplo, pero creo que hoy es mejor que permanezca", dice Pedro Ballvé.

Fernando Casado considera que "la referencia europea ayuda a mantener ciertos criterios de estabilidad", lo mismo que afirma Víctor Mendoza. CEOE hace una matización irrelevante ahora: "Si, con la banda ancha actual".

El presidente del Banco Popular estima que "el abandono de la peseta sería un duro revés para la consecución de la moneda única y el progreso de la UE". José Juan Ruiz cree que debe seguir porque supone 4cun compromiso antiinflacionario y antidéficit de sus socios". Solchaga cree que debe seguir para no quedar excluidos de la tercera fase de Unión Monetaria.

El director del servicio de estudios de Argentaria es quien más afina a la hora de señalar cuál sería el cambio de la peseta/ marco en la actualidad. "Tras la reciente crisis se encuentra devaluado", afirma. En función de los costes laborales "la peseta debería situarse en tomo a las 85/86 pesetas por marco". Jorge Hay señala que "probablemente la peseta está infravalorada de acuerdo con los fundamentos económicos"; posición mantenida por Solchaga. Luis Ángel Lerena también mantiene que la peseta está infravalorada y que si "se quiere fijar un objetivo de tipo de cambio que recoja no sólo los fundamentos, sino también una cierta holgura para usegurar una posición competitiva ventajosa, una parida d peseta-marco de 85 pesetas puede ser razonable".

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