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El pintor Juan Genovés se enfrenta a superficies "más inquietantes"

El pintor Juan Genovés reconocía ayer, mientras colgaba 23 cuadros en la galería Marlborough, de Madrid (Orfila, 5), que se encontraba en una situación "muy cómoda", al dejar de caminar por la cuerda floja para conjuntar la parte literaria con la plástica. Las obras de gran formato tienen una superficie "más inquietante, como un elemento de discordia en la mirada plácda, para amargar un poco la fiesta de la mirada del arte."Juan Genovés sólo miró hacia atrás con motivo de la antológica en el IVAM de Valencia, en enero de 1993, al comprobar una trayectoria de 30 años, que pasa desde los años sesenta por los grupos Los Siete, Parpalló y Hondo, tiempos de realismo político y denuncia social.

"Me he dado cuenta de que sólo he pintado un cuadro: la persona humana y su interrogación, una persona como aguantando la incomodidad, resistiendo la agresión. Parece que la sociedad se está esforzando por hacernos la. vida incómoda", declara el pintor. "Me gusta estar en contacto con la sociedad, donde lo más necesario es, la cultura, entendida como formación del individuo. La cultura es necesaria pero los políticos tienen un sentido ornamental y quitan los presupuestos dedicados a la misma".

Mirar un cuadro

Al pintor le interesa el espectador, la forma de mirar un cuadro. "La gente mira una pintura y ve la verdad pero no se la cree, acostumbrada a una crítica de arte nada pedagógica. Siempre se ha dicho que el artista es un genio y el espectador como un microbio. Creo todo lo contrario, que el público es un gigante y el: artista no importa".

En sus últimos cuadros, que expone en Madrid hasta el 25 de febrero, hay un predominio de la parte plástica. "En otras épocas la tendencia era más literaria, aunque nunca he hecho el clásico panfleto. Ahora meto más cosas a la vez. Una sola idea es un cartel, pero cuando me surgen varias se inicia un proceso en el que interviene la preparación de la tela, los signos, la. representación: de la figura y el espacio".

Caminar de espaldas, Espejo encrespado, Crece el silencio, Desorden esférico son algunos títulos de los cuadros, escogidos entre lecturas de poetas. "En algunos casos me ha servido para volver a tocar el cuadro, a partir de la sugerencia del título, que al principio los repartí por todos los cuadros en plena elaboración. Cuando el espectador se acerca a un título poético insiste de nuevo en el cuadro. El cuadro es como un espejo, donde cada uno se puede mirar".

"El arte no evoluciona nunca, sólo cambia". Genovés se queda con la pintura de las dos dimensiones y prefiere que deje de estar de moda. "Será la única manera de trabajar con calma, después de años de vanguardia y posvanguardia". Junto a las grandes telas, expone la serie de grabados. Vestigios. "Ahora volveré al papel, como me ocurre tras un largo tiempo de pintura".

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