Eduardo Chillida pone orden en sus dibujos hasta ahora desconocidos

El escultor y grabador Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924) trabaja el hormigón, el acero, la piedra y el mármol, pero considera el papel "como el primer material a que tiene acceso un artista". La obra sobre papel del artista vasco está siendo catalogada por iniciativa de la galerista Nieves Fernández, en cuya sala de Madrid expone hoy 64 dibujos a lápiz y tinta, collages y gravitaciones. Es una forma de "poner orden" en unas obras desconocidas.

"El papel es un problema de vanguardia", declaró ayer Eduardo Chillida, quien hoy presentará su antológica de obra sobre papel en la galería Nieves Fernández (calle de Monte Esquinza, 25) y mañana asistirá a la inauguración de una estela de acero en homenaje al ex alcalde centrista Agustín Rodríguez Sahagún, en el parque del mismo nombre."Un dibujo de Rembrandt, Goya o Leonardo es tan importante como un cuadro", añade. "El papel' es lo primero que tiene acceso un artista, la forma de entrar en un territorio de arte, incluso para un escultor, qué toca intuitivamente las tres dimensiones sin buscar su representación. Los dibujos surgen de ideas o al buscar desarrollos de ideas. Son de primera importancia, incluso para ver los fallos".

La selección de 64 obras que ahora se exponen procede de las 2.000 que están siendo catalogadas entre el material disperso del estudio de Chillida en San Sebastián. Con objeto de realizar un catálogo razonado se estudiarán también las obras existentes en museos y colecciones particulares.

En las obras expuestas hay dibujos a lápiz, a tinta y series de collages y gravitaciones (papeles suspendidos por cuerdas). Son piezas representativas de diversas etapas y temas del artista, desde 1947 a 1994. "He dibujado manos toda mi vida", dice Chillida. "La mano y sus cinco elementos es una articulación excepcional que tiene infinitas posibilidades. Es como un banco de pruebas para analizar la dialéctica entre lo lleno y lo vacío".

También hay figuras, desnudos, flores y animales, composiciones abstractas como caligrafías y paisajes sin identificar, collages con papeles recortados y las últimas gravitaciones de los años noventa. Son los papeles que el escultor guarda en los cajones de su estudio, la mayoría sin firmar y sin fecha, producto de una actividad incesante desde sus años de formación.

El 95% de las obras expuestas a partir de hoy en Madrid no se ha visto nunca, según la galerista Nieves Fernández. La antológica se había organizado como homenaje a Chillida al cumplir el pasado martes 71 años y pomo una primera presentación del futuro catálogo de su obra sobre papel. La mayoría de las obras que se muestran está a la venta sólo durante los dos meses de la exposición, con unos precios que van del medio millón de pesetas a los tres millones.