Primera reunión cara a cara del Gobierno mexicano con los zapatistas en Chiapas

El Gobierno de México y la guerrilla zapatista iniciaron ayer conversaciones cara a cara en un lugar de la selva Lacandona, lo que de inmediato generó un clima de sosiego y esperanza en el país. El diálogo, en el que media una comisiónde notables entre los que se encuentra el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, no pudo ser más directo: por el Gobierno intervino el secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, y por la guerrilla, el enmascarado subcomandante Marcos.

El hecho no tiene precedentes. Pese a que en los anteriores contactos con la insurgencia al Gobierno lo representaba un comisionado, en aquel entonces el ex canciller Manuel Camacho, el nuevo diálogo tiene como protagonista al secretario de Gobernación, segundo hombre fuerte del país por, su doble condición de ministro de la principal cartera política y de persona de la extrema confianza del presidente Ernesto Zedillo.Los contactos se desarrollaron en secreto Gobierno y guerrilla anunciaron que del contenido de las conversaciones se informará mediante comunicados oficiales, por lo que no se permitió el acceso de periodistas a la selva. Según el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), "el único tema de la agenda es el de discutir y acordar medidas que distiendan el clima beligerante y el peligro de choques armados entre los dos Ejércitos, con la finalidad de alejar el ambiente de guerra inminente".

La Secretaría de Gobernación informó, por su parte, que el encuentro de ayer "constituye un trascedente paso para la definición de mecanismos que fructifiquen en la consecución de la paz", Y advirtió que acudía a la selva "con el ánimo abierto y una disposición constructiva, consciente sin embargo de que cuestiones tan delicadas requieren de procesos de valoración que permitan acuerdos paulatinos entre las partes, que permitan avanzar de manera diferente y segura".

Un primer comunicado de la Secretaría de Gobernación señalaba que la reunión con el EZLN se desarrolló en un ambiente de respeto y puede calificarse de "positivo".

Este primer contacto fue saludado por todas las fuerzas políticas, incluido el opositor y beligerante Partido de la Revolución Democrática (PRD).