Eso es lo que hay
Dorothy Parker (1893-1967) apenas contaba 25 años y ya era considerada la mujer más ingeniosa de Nueva York. Dorothy Parker: Vanity Fair, The New Yorker, la mesa redonda del hotel Algonquin, Scott Fitzgerald, Hemingway, Dos Passos... Dorothy Parker: maridos, amantes, abortos, intentos de suicidio... Dorothy Parker, crítico teatral: los empresarios de Broadway, dolidos, cabreados por sus "continuados y arbitrarios sarcasmos" -"la señorita Hepburn (Katharine) recorrió toda la gama de las emociones, de la A a la B", escribió en cierta ocasión- lograron que la echasen de Vanity Fair. Dorothy Parker: poemas, cuentos, narraciones cortas, artículos, críticas literarias, un par de obras teatrales -sin éxito-, algunos guiones cinematográficos, diálogos, todo muy inteligente, sensible, sarcástico unas veces, amargo otras...¿Un musical sobre el mundo, los personajes -mujeres, mujeres con hombres, sin hombres, deseándolos y aborreciéndolos a la vez-, de Dorothy Parker? ¿Con música, con las canciones brillantes, divertidas, sofisticadas de Cole Porter? ¿"Un cóctel de diversión y amargura"?, como lo califica su director. ¿Por qué no?
T'odio, amor meu
Musical a base de textos de Dorothy Parker y canciones de Cole Porter. Guión: Joan Lluís Bozzo, Anna Rosa Cisquella, Miquel Periel. Traducción y adaptación de las letras de las canciones: Joan Lluís Bozzo y Joan Vives. Intérpretes: Montse Pérez, Victòria Pagès, Carme Cuesta, Mont Plans, Nina, Oscar Mas, Pep Anton Muñoz, Carlos Gramaje. Escenografía y vestuario: Isidre Prunés y Montse Amenós. Coreografía: Ramon Oller. Dirección musical y arreglos: Joan Vives. Dirección: Joan Lluís Bozzo. Teatro Victòria, Barcelona, 12 de enero.
Escasa entidad
La estructura dramática de T'odio, amor meu es parecida, muy parecida, a la de otro musical de Dagoll Dagom, G1ups!! (1983), un musical "sobre ideas de Lauzier": los 13 relatos -a veces breves pinceladas de los mismos- de Dorothy Parker y las 16 canciones de Cole Porter se combinan en una serie de chistes escenificados, los cuales, salvo uno en la segunda parte, adolecen, a mi modo de ver, de una escasa entidad dramática.
Si seguimos la comparación con G1ups!!!, vemos que en aquel espectáculo la caricatura de los personajes de las historietas ayudaba a que el trabajo de los intérpretes, y el espectáculo en general, pasase con mayor e, menor fortuna, pero en definitiva, pasase, cruzase el escenario y llegase al espectador.
Pero los personajes de las narraciones de Dorothy Parker no son precisamente caricaturescos y, para llegar, precisan de actores y actrices. Y los intérpretes de T'odio, amor meu cantan y bailan más o menos bien. -no soy ningun experto, pero me pareció escuchar a una intérprete que machacaba una canción de Porter, las letras catalanas de las cuales a veces me hicieron soltar la carcajada-; cantan y bailan, pero, en líneas generales, son incapaces de transmitir la ironía, el sarcasmo, la soledad o la amargura de las criaturas de Dorothy Parker. De ahí, tal vez, la escasa consistencia dramática de los chistes escenificados, para no agobiar al intérprete y facilitarle el trabajo.
Pero ni aún así: la Dorothy Parker que asoma en el escenario del Victòria es escandalosamente blanda y poco divertida.
Y, para terminar, un consejo muy parkeriano: cuando beban whisky, utilicen el vaso adecuado. Sabe mejor.