El Papa y Ramos tratan del control de natalidad filipino
El segundo día de Juan Pablo II en Manila transcurrió como el primero: en un constante baño de multitudes. A la puerta del palacio de Malacañang, donde se entrevistó por la mañana con el presidente Fidel Ramos, de confesión evangélica, decenas de personas se abalanzaron sobre el Papa reclamando su bendición apostólica. Dentro de Malacañang, la conversación privada con Ramos fue menos fluida. Hablaron de las reformas sociales, de la paz (guerrilla) y de la planificación familiar. El comunicado oficial definió el encuentro como "un franco intercambio de puntos de vista", que en lenguaje diplomático esconde discrepancias. Estas diferencias se centran en el programa de planificación familiar del Gobierno filipino.
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