Violentas protestas en Ecuador contra una ley que quiebra la tradición laica
Juan Carlos Luna, que tenía 19 años y estaba a punto de terminar el bachillerato en el colegio Juan Montalvo de Quito, falleció eI pasado 6 de enero a causa, de un impacto de bala en el pecho. Es la primera víctima mortal de las violentas manifestaciones desatadas en Ecuador contra una nueva ley educativa que pone fin a la tradición laica de la enseñanza ecuatoriana. Hasta el momento, las protestas callejeras han causado, además de esa víctima mortal, 11 heridos y más de 200 detenidos. La policía y los estudiantes se acusan mutuamente de portar armas y realizar los disparos.Nadie sabe quién mató a Juan Carlos, pero sí quién lanzó la primera piedra. Desde hace varias semanas se repiten los desmanes callejeros. Centenares de alumnos de las escuelas públicas salen a la calle para protestar contra una norma que, contradictoriamente, se ha denominado Ley de Libertad Educativa de las Familias Ecuatorianas y que impone la enseñanza de dos horas semanales de religión en los establecimientos públicos.
La norma, cuya autoría se atribuye a la Conferencia Episcopál, aprobada por la mayoría Socialcristiana del Congreso, ha causado gran revuelo pese a que la materia de religión no será valorada en el expediente académico, pero es considerada por muchos como discriminatoria. El 94,41/6 de los ecuatorianos es católico, el 3% es protestante, el 12,4% es aconfesional y el 0,2% profesa una de las 400 sectas minoritarias. Será difícil conseguir profesores que cubran este amplio espectro.
Dimisión
A causa de esta misma ley perdió el Gobierno a una de sus mejores figuras, la ministra de Educación y Cultura, Rosalía Arteaga, católica ferviente, pero que se opuso a conmemorar el centenario de la revolución liberal con el paso atrás que supone la obligatoriedad de la religión.
Artega evidenció, además, documentadamente la imposibilidad de financiar los sueldos de los 6.800 maestros que se, necesitarían para impartir el credo católico. El magro presupuesto destinado a la educación ni siquiera alcanza para satisfacer las necesidades de los profesores de las demás materias curriculares.
Aparte de las protestas callejeras, diferentes encuestas realizadas por los medios de comunicación en los colegios denotan que la mayoría de alumnos no está a favor de la materia de religión. Y el Frente de Defensa del Laicismo rebate el argumento basado en la necesidad de moralizar a la gente desde las aulas.
El obispo anglicano Walter Crespo abandera la lucha pacífica contra la ley con una huelga de hambre desde el pasado 1 de enero. Como abogado que es, considera cerrados todos los caminos legales para enfrentarse a esa norma, impuesta, según él, "por la hegemonía del Opus Dei en la Iglesia católica".
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