Di Pietro, estrella de la última jornada de consultas del presidente italiano
El ex fiscal Antonio di Pietro, que el pasado 7 de diciembre dejó con un gesto espectacular la magistratura, se convirtió inesperadamente en el protagonista de la jornada de ayer, que debería ser la definitiva de la crisis política italiana. El presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, concluyó anoche las consultas con los partidos políticos y debería indicar un nuevo primer ministro en las próximas horas.
El Tribunal Constitucional, entretanto, rechazó ayer una propuesta de referéndum del líder ex radical Marco Panella para dejar en Italia un sistema electoral mayoritario simple, a una sola vuelta. Tanto Fini como Panella y Berlusconi, que apoyaban esa consulta, consideraron "escandaloso" el rechazo.Antonio di Pietro se dejó caer en Roma, en principio para almorzar con dos carabineros que colaboraron en sus investigaciones judiciales. Pero, por la tarde, el ex fiscal, que acaba de reiterar su negativa a entrar en política, acudió a suficientes citas como para entrar en todas las quinielas.
Vio a Francesco Cossiga, el ex presidente de la República que, como eventual primer ministro de un próximo Gobierno de emergencia, había ofrecido a Di Pietro la cartera de Interior. Vio también a Gianfranco Fini, líder de Alianza Nacional (AN), firme sostenedor de Di Pietro, que el pasado martes negaba que el ex fiscal pudiera intentar una carrera política autónoma. Y vio a Pierferdinando Casini, líder del Centro Cristiano Democrático (CCD) y tercer apoyo de la fracasada coalición de Gobierno.
No consta, en cambio, que Di Pietro viera a Berlusconi. El ex fiscal es el único personaje considerado capaz de hacer frente al tirón popular y televisivo del primer ministro dimisionario. También es una figura igualmente grata para la derecha. Pese a todo, es perfectamente posible que Di Pietro quede fuera de la solución de una crisis a la que sigue sin verse una salida clara. La prensa de ayer ya sólo manejaba tres nombres de posibles presidentes del Gobierno: el ex presidente de la República Francesco Cossiga, el comisario europeo Mario Monti y Romano Prodi, el ex presidente del Instituto para la Reconstrucción Industrial (IRI).
Cossiga desmintió su candidatura porque, explicó, Berlusconi no la acepta, y él sólo presidiría un Gobierno apoyado por todos los partidos. Prodi, economista de gran prestigio, tiene el inconveniente de ser considerado demasiado próximo a la izquierda. De Monti se dice que difícilmente dejará su puesto en Bruselas para hacerse cargo de una aventura de Gobierno que podría durar sólo semanas.
El dato de fondo, la oposición total de Berlusconi a un Gobierno que no sea de vida breve o presidido por él mismo, no varía como tampoco el apoyo que Fini le presta.
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