Colapso en las urgencias de Vall d'Hebron, en Barcelona
Algunos pacientes llevaban ayer en los pasillos del servicio de urgencias de Vall d'Hebron más de 50 horas: esperando una cama para poder ingresar desde el día de Año Nuevo. Los pasillos, la sala de espera, todo estaba repleto de camas y enfermos en sillas de ruedas. La mayoría eran ancianos con mascarilla de oxígeno, aquejados de insuficiencia respiratoria.La sobrepresión asistencial que soporta el servicio de urgencias de este hospital fue ya denunciada meses atrás por los trabajadores del servicio, que consideran que el equipo asistencial y los recursos disponibles no permiten afrontar adecuadamente la creciente presión asistencial, con una cifra que ya está muy cerca de los 400 enfermos diarios de promedio.
El servicio ha llegado en los últimos días, sin embargo, a un punto de saturación insostenible. Al gunos pacientes del nivel 1 de urgencias, consideradas menos graves, llevaban 30 horas en el servicio, y en el caso de las urgencias de segundo nivel, consideradas más graves, más de 50. Ningún responsable médico o gerencial estuvo ayer disponible en el hospital de Vall d'Hebron para explicar las causas de esta saturación.
Manuel Juvells, gerente del Instituto Catalán de la Salud, organismo al que pertenece Vall d'Hebron, indicó a última hora de ayer que las urgencias se han incrementado en todos los hospitales del ICS en estas fechas, pero no en la proporción en que han aumentado las de Vall d'Hebron. Una ola de frío como la que ha afectado a Cataluña las últimas semanas suele provocar un incremento de las urgencias por insuficienia respiratoria en los enfermos con bronquitis crónica, y también de las crisis agudas en los afectados por otras patologías.
Pero los otros hospitales del ICS no presentaban ayer, según Manuel Juvells, el grado de saturación que se observaba en Vall d'Hebron. "Vamos a analizar en este caso por qué se ha producido esta punta asistencial y ver si se han de adoptar medidas especiales para derivar enfermos a otros centros", dijo.
Ya en marzo de 1993, los trabajadores del servicio de urgencias de Vall d'Hebron realizaron una asamblea en la que expresaron su protesta por la situación y elaboraron un listado de insuficiencias que fue presentado a la gerencia del hospital. Las mejoras introducidas desde entonces no han sido suficientes, según los trabajadores, para resolver los problemas de saturación. Un portavoz del personal asistencial precisó ayer que, a pesar de las dificultades, la calidad de la atención médica que finalmente reciben los enfermos no ha mermado.
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