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Entrevista:

"El teatro alternativo es el que conecta con la vida"

Rocío García

En el escenario hay sólo uña lata de atún y una silla. Con" este decorado, Charo López y Abel Vitón han recorrido la geografía española presentando Carcajada salvaje, una obra de Christopher Durang, bajo la dirección de Josep Costa. Carcajada salvaje ha supuesto el reencuentro de la popular actriz con el teatro tras cinco años de ausencia. Esta comedia ácida de teatro alternativo y marginal, en la que dos personajes suben a un escenario a vivir directamente y sin prejuicios un trozo de sus vidas delante del público, ha conseguido que Charo López, a sus 51 años, confiese que lo que quiere es hacer un teatro conectado con la vida y la realidad. Después de 14 meses de gira y 120.000 espectadores, la obra llega a Madrid al teatro Olimpia, donde se estrena hoy, y tiene previsto permanecer en cartelera hasta el 12 de febrero.

Pregunta. ¿Qué es Carcajada salvaje?

Respuesta. Es una función diferente a todo lo que yo he hecho porque mi interlocutor es el público. Supone un reto porque todo está en función de la capacidad de sugestión que tenga yo con ellos, de la capacidad de convicción para que me respondan. Para que sepan que esa mujer que está ahí no es una actriz, sino una mujer que viene de la calle a hablar compulsivamente de la vida. Ése es el ejercicio actoral que propone Carcajada Salvaje. Es un trabajo atractivo, difícil, enriquecedor y diferente.

P. ¿Qué destacaría del personaje que interpreta?

R. A mí lo que más me gusta de Ella, que así es como se llama en la obra, es que aparentemente es una mujer desquiciada, dispuesta a contar todo lo que le pasa. y con la que la gente se identifica porque habla de las cosas que nos suceden a diario. Es un absoluto y libre ejercicio de terapia. Ella cambia continuamente, se libera, entra en una situación en la que todo lo que le viene a la cabeza lo dice, algo que en la vida nos está ocurriendo todo el tiempo. Todo lo va contando y al final se encuentra muy bien, como me encuentro yo.

P. O sea, que la obra le sirve de terapia.

R. Unas veces porque lo que dice Ella, en la obra nos pasa un día u otro. Pero más allá de eso, todo lo que sea poder desahogar y echar, y que te escuchen, siempre es terapeútico. Sales como vacía, relajada, con ganas de muchas cosas. Sales muy bien de esta función a la que has entrado muy mal, sabiendo que no sólo tienes que convencer al público, sino que tú tienes que estar segura de que te está doliendo en algún sitio lo que estás diciendo.

P. ¿Por qué ha espetado cinco años para subir a escena y lo ha hecho con una obra marginal de teatro alternativo?

R. Estas cosas no se hacen para presumir de nada. Es una opción que en un momento dado ha sido necesaria, porque las ofertas que tenía yo de teatro no me gustaban, por, una razón o por otra, a veces por mediocres o a veces porque no suponían un paso adelante o porque el contexto me parecía que no me iba a ayudar. No estoy contra el teatro comercial, siempre que se me ofrezca un personaje interesante que me permita crecer. Cuando vi Carcajada salvaje, me estimuló muchísimo. Me pareció que era un ejercicio extraordinario con todo lo que suponía de esfuerzo físico. Esta es una obra que no sólo requiere mucha entrega, sino que es especial porque te toca muchas fibras. He descubierto muchas cosas de mí como actriz y como persona. He descubierto aunque no resuelto, como si fuera un psicoanálisis, que tengo demasiadas seguridades en determinadas cosas y demasiados límites en otras. Es una función, además, que nunca se puede repetir igual porque no hay un público que se comporte igual.

P. ¿Hasta qué punto es importante el público en la obra?,

R. Es fundamental, incluso cuando rechaza la obra, porque es un público bien pensante, que no está dispuesto a hablar y a oír de ciertos temas sobre sexo, él sida o la religión.

P. ¿Es Carcajada salvaje una llamada a la tolerancia?

R. No. Carcajada salvajehabla de la angustia, de la ansiedad, del malestar que nos provoca la vida diaria. Desde que uno se levanta se encuentra miles de obstáculos aunque sean pequeñísimos, pero ese obstáculo, por muy pequeño que sea, es el que provoca que un día revientes porque arrastras una carga que vienes reprimiendo de siempre. Carcajada salvaje de lo que nos habla es de que debemos de dejar de ser mentirosos, no sólo pensando en los demás, sino en nosotros mismos.

P. ¿Cree que con historias reales se con . seguirá que el público no abandone los teatros?

R. Para que la gente vaya al teatro tiene que haber signos de vida. Es un espectáculo que tiene plena vigencia, el problema es que lo vamos matando poco, a poco porque es muy difícil todos los días disponerte a apasionar a un determinado número de personas, a convencerlas de que lo que dices es verdad. Pero en cualquier caso, si en el teatro no encontramos los signos de vida, el teatro morirá.

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